Autor: Luis Roso
Nº de páginas: 392
Editorial: Alrevés
Año de publicación: 2020
Género: Novela negra
Premio de Narrativa Ciudat de Vila-real 2020
Luis Roso (Moraleja, Cáceres, 1988) escritor español licenciado en Filosofía Hispánica por la Universidad de Salamanca, en Filología Inglesa por la Universidad Autónoma de Barcelona. Posee un máster de Literatura Española e Hispanoamericana por la Universidad de Salamanca. Actualmente trabaja como profesor de secundaria. Su primera novela protagonizada por el inspector Ernesto Trevejo, y ambientada en la España de los años 50, en plena dictadura franquista, Aguacero (reseña aquí) (2016) fue elogiada por la crítica y galardonada con el premio Tuber Melanosporum en el festival Morella Negra a la mejor novela negra novel del año 2016 y nominada a mejor Novela Negra por el jurado de Valencia Negra en 2017. Primavera cruel (reseña aquí) (2018) es la segunda entrega de la serie del inspector Trevejo. Con su tercera novela Durante la nevada (2020) ha ganado el premio Certamen Literari Ciutat de Novela de Vila-real 2020 en la categoría de castellano.
Sinopsis
En las Navidades del año 1968, el cuerpo de la joven Rebeca Sanromán fue hallado en una laguna helada en las inmediaciones de un pequeño pueblo de montaña al norte de Burgos, sin que se hallara nunca al responsable de su asesinato.
Diez años después, dos reporteros de un diario provincial viajan hasta el lugar para escribir un artículo sobre el crimen: Miguel, un periodista de raza, formado en los años más oscuros del franquismo, y Esmeralda, una joven idealista criada a la sombra de su estricto padre.
La investigación periodística, que se preveía anodina, pronto se convertirá en una compleja trama en la que Miguel y Esmeralda verán peligrar sus carreras profesionales y hasta sus propias vidas, mientras que el país entero bulle por los vertiginosos cambios políticos y la violencia desatada en los primeros años de la Transición democrática.
Opinión personal
He tenido la suerte de leer Durante la nevada de Luis Roso gracias a Masa Crítica de Babelio y a la Editorial Alrevés. Fue una apuesta sobre seguro, ya que he leído sus dos primeras novelas y me gustaron mucho. En este caso no nos encontraremos con el inspector Trevejo (que tanto me gusta y que espero encontrarme en otras novelas).
Leyendo Durante la nevada viajaremos en el tiempo hasta diciembre del año 1978, días antes de la Navidad, cuando a dos periodistas que trabajan para El Burgalés, diario de provincias y de línea editorial monárquica y conservadora, su director les encarga que realicen un reportaje sobre un suceso ocurrido 10 años atrás en un pequeño pueblo del norte de la provincia de Burgos. Rebeca Sanromán, una joven de 19 años desapareció el día 22 de diciembre de 1968 y su cuerpo fue encontrado tres días después, entre el hielo de un lago helado cercano al poblado de Las Sabinas, donde vivía, muy cerca del pueblo Zarza de Loberos, con un golpe en la cabeza. Entre los sospechosos se encontraba su padre, pero al poco tiempo se suicidó. No se encontró al asesino.
Estas cosas pasan. Seguramente más por suerte que por pericia, los culpables lograron salir airosos. Y ahora, pasado el tiempo, no queda sino resignarse. Soy consciente de lo frustrante que resulta que la Justicia no sea capaz de cumplir su cometido, pero así son las cosas.
Miguel y Esmeralda son los periodistas que viajarán hasta allí para hacer unas fotos, una serie de preguntas a los vecinos del pueblo y preparar el reportaje. Miguel lleva trabajando en El Burgalés algo más de un año. Llegó allí como "destierro", por un encontronazo con un comisario retirado al que conocía de sus tiempos de estudiante. De ideas comunistas y ateo estuvo un tiempo trabajando "autoexiliado" en Francia; más tarde volvió a España y trabajaba en Madrid, pero después de lo ocurrido con el comisario (es difícil no recordar a Billy el niño) se vio obligado a alejarse de la capital. Tiene 44 años y lleva 6 casado con Beatriz, que trabajaba de secretaria antes, pero tuvo que dejarlo al mudarse con Miguel a Burgos.
Las voces y opiniones vertidas en Madrid llegaban hasta allí con sordina. Como si para hacerlo tuvieran que superar un extenso trecho no solo físico o geográfico, sino también temporal, de varios meses incluso años de distancia.
Beatriz era mala cocinera, y en general mala ama de casa. Esto a Miguel le parecía una sola de sus muchas virtudes. Jamás hubiera podido enamorarse de una mujer cuya máxima aspiración fuera a casarse, tener hijos y cuidar del hogar. Beatriz era una mujer inteligente y autónoma, que en el momento de conocerse no necesitaba nada de él.
Esmeralda es la novata de la redacción, tan solo tiene 26 años. Hija de militar, es moderna, curiosa, inquieta, lesbiana y tiene claro que si quiere hacer carrera como periodista tendrá que marcharse de Burgos a Madrid. El director, don Alfredo les manda a los dos hacer un reportaje para publicar cuando se cumpla el décimo aniversario del caso de Rebeca, unas fotos del pueblo, unas preguntas a los vecinos, al alcalde (que sigue siendo el mismo), a la familia y amigas y poco más. Pero después de pasarse por el pueblo y escribir el reportaje parece que han revuelto el avispero. Van sucediendo cosas, como la muerte accidental de Francisca, la amiga de Rebeca, justo cuando iba a contarles algo y aunque no tienen pruebas están seguros de que a Rebeca la mataron y su asesino sigue suelto y no anda muy lejos. Sin querer se verán metidos en una investigación que va resultando cada vez más peligrosa. ¿Quién pudo haberla matado? Y sobre todo, ¿por qué?
—Ética o estética, esa es la eterna lucha. Con los años te irás dando cuenta de que esto del periodismo siempre funciona así. Una cosa es lo que averigües, y otra lo que cuentes y cómo lo cuentes. Es como sintonizar la radio: a veces hay que ajustar mucho con la rueda para encontrar el canal que buscas. Pero con paciencia y práctica todo se puede conseguir. Esta es una de las pocas consecuencias positivas que tuvo la dictadura para nuestro oficio: nos enseñó a decir mucho sin decir nada. Y lo que es aún más complicado: a no decir nada aun diciendo mucho.
Además de hablar con el alcalde del pueblo, Sancho Guijarro, lo harán con Onofre Sanromán, el tío de la víctima y con una amiga de Rebeca, Francisca Jiménez. También hablarán con el teniente que se ocupó de la investigación, Abraham Martín Zaballos, ya retirado después de sufrir un atentado de ETA años después en el País Vasco que le dejó desfigurado.
Miguel y Esmeralda hacen una pareja desigual, pero que se complementan estupendamente. Están muy bien definidas sus distintas personalidades. Ella pone el ímpetu y él la experiencia. Cada vez que van a hablar o hablan con alguien ocurre algo, cada paso que dan trae graves consecuencias, lo que hace pensar que el asesino está cerca y no le interesa que indaguen en lo ocurrido. No me importaría nada volver a encontrarme con los dos protagonistas en una nueva novela, me han gustado los dos.
Otros personajes son el inspector de policía Raimundo Velasco y el teniente coronel de la Guardia civil José Cerdá, que se ocuparan del caso en la actualidad.
El caso por el que me preguntan, que recuerdo que revisé en su momento, nada más ser destinado a este cargo, como hice con muchos otros, está legalmente abierto, puesto que nunca se halló a los culpables y aún no han transcurrido los veinte años de rigor para que sea sobreseído.
Ese crimen fue algo así como la comidilla de la Navidad de ese año en la provincia de Burgos. Pero en cuanto llegó el año nuevo fue como si nada hubiese pasado.
A fin de cuentas, la víctima era una muchacha de un pueblo perdido de Burgos, no una joven de buena familia de Madrid o Barcelona, pongamos por caso.
La ambientación es muy buena, nos traslada perfectamente a la época de la transición, con sus primeras elecciones, la recién estrenada democracia y los atentados continuos de la banda terrorista ETA. Llama la atención que el autor siendo tan joven plasme tan bien la realidad del país en esos años. También nos acerca a la España vaciada de la que tanto se habla últimamente, al medio rural frío y cada vez más despoblado. Es una novela que se lee muy rápido, con ritmo, suspense y un giro final que sorprende.
Frases
—Le quitas el bozal al perro y le das a oler el rastro, y si el perro le pega un bocado a alguien, eso ya no es cosa suya, ¿no?
España podía soportar un mal gobierno o que corriera la sangre en las calles: de hecho, llevaba soportando ambas cosas desde hacía un siglo. Pero un fin de semana sin fútbol eran palabras mayores.
—Aquí todos jugamos con las cartas marcadas. Y todavía está por ver quién se lleva la partida.
—Tampoco hay por qué pensar tanto. En esta vida muy pocas cosas son blancas o negras. Casi todo es siempre de un tono gris.
Durante la nevada es una novela negra muy bien escrita, que se lee rápido y que se disfruta desde el principio hasta el final.
Lourdes
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