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martes, 18 de febrero de 2020

LOS ASQUEROSOS, SANTIAGO LORENZO

Los asquerosos

Autor: Santiago Lorenzo

Nº de Páginas: 221

Editorial: Blackie Books

Año de Publicación: 2018

Género: Narrativa




Santiago Lorenzo (Portugalete, Vizcaya, 1964), vive en una aldea de Segovia. Allí busca leña, se hace cafés y churros, construye maquetas y, sobre todo, escribe. 
Después de estudiar imagen y guión en la Universidad Complutense y dirección escénica en la RESAD, creó la productora El Lápiz de la Factoría, con la que dirigió cortometrajes como el aplaudido Manualidades, un título que daba pistas de su afición a la artesanía pretecnológica y a las maquetas imposibles. En 1995 produjo Caracol, col, col, que ganó el Goya como Mejor Corto de Animación. Dos años después se empeñó en estrenar Mamá es boba, película que pasó a la historia como uno de los filmes de culto de la comedia agridulce, y con ella fue nominado al Premio FIPRESCI en el Festival de Cine de Londres. En 2001 fundó, junto a Mer García Navas,  Lana S.A. un taller dedicado al diseño de escenografía y decorados. En 2007 estrenó Un buen día lo tiene cualquieraHarto de los tejemanejes del mundo del cine, decidió cederle sus ideas a la literatura. Desde entonces todo han sido alegrías. En 2010 publica la novela Los millones. Con Los huerfanitos (2012) la crítica se rindió a su talento y el público lloró de risa y rió para no llorar. En 2015 publica Las ganas. En 2017 aparece 9 chismescolección de nueve relatos cortos escritos entre 1994 y 2012. Los asquerosos (2018) es su cuarta novela, la más pura, política y lírica, sobre un tipo que como él, vive aislado en una aldea en medio de la nada.


Sinopsis

Manuel acuchilla a un policía antidisturbios que quería pegarle. Huye.  Se esconde en una aldea abandonada. Sobrevive de libros Austral, vegetales de los alrededores, una pequeña compra en el Lidl que le envía su tío. Y se da cuenta de que cuanto menos tiene, menos necesita. Un thriller estático, una versión de Robinson Crusoe ambientada en la España vacía, una redefinición del concepto «austeridad». Una historia  que nos hace plantearnos si los únicos sanos son los que saben que esta sociedad está enferma. Santiago Lorenzo ha escrito su novela más rabiosamente política, lírica y hermosa.

Opinión Personal

Manuel, es el nombre ficticio con el que conoceremos al joven protagonista de la novela.  Es el típico inadaptado, de pocos amigos, sin novia y no tiene mucha relación con sus padres.

Él tenía muchas ganas de ir por ahí, de salir en compañía y de andar por Madrid haciendo un poco el gamba, engarzadito en un grupo de amigachos majos, con mañanas de conversación, tardes de callejeo y noches de vasos. Pero no se le lograba, para tortura suya.

Se había pasado la vida buscando el triunfo (amigos, novia) un tío que no quería triunfar. Por eso fracasaba. Fracasaba para su bien, que era lo que él quería: fracasar con la gente y que en consecuencia la gente se le fuera yendo.

Para el que no le conociera, Manuel era un pesado.


Es un auténtico "manitas" que siempre lleva un destornillador en el bolsillo. Un día agrede con el destornillador a un policía antidisturbios que quería pegarle sin motivo. Asustado, huye de la ciudad para no enfrentarse a la justicia y se esconde en una aldea deshabitada. Elegirá una casa de las muchas que hay abandonadas para instalarse y allí se quedará. 


En época de garantías legales movedizas, caprichosas y atenidas a intereses de parte, el presentarse en la corte a contar la verdad habría sido un gesto de ingenuidad desorejada. Había que buscar otras rutas.

Contará con la ayuda del exmarido de su tía, que será el encargado de contarnos lo ocurrido. Sobrevive como puede, como si de un Robinson Crusoe se tratara. Allí, estando solo se siente libre y descubrirá que no necesita mucho para vivir y ser feliz, y es que no es más feliz quien más tiene, sino quien menos desea o necesita. 

Acometía el día jubilado de todo y de todos, inmerso en su eutanasia social autoaplicada, con la certeza de que no se la había perdido absolutamente nada en absolutamente en ningún sitio, fuera de la cápsula en la que había aparecido como por ensalmo.


Pero un buen día aparecerá un grupo de personas por allí. Se instalaran en la casa de al lado para pasar los fines de semana. Toda su nueva vida y su tranquilidad estarán en peligro. Los llamará "mochufas", (palabra inventada por el autor) y más tarde asquerosos.

Con un vocabulario peculiar y un tono irónico y mordaz Santiago Lorenzo nos presenta una original historia ambientada en la España vaciada, muy crítica con la sociedad actual del consumismo y del "postureo", esa actitud de adoptar ciertas costumbres o actividades más por aparentar o quedar bien que por una auténtica convicción. 

El domingo por la tarde, a eso de las seis, se volvían a sus casas, con expresión de haber quedado transidos de naturaleza e imbuidos de experiencia agreste.

La Mochufa era un compendio de imbecilidades diacrónicas, ridicultura en inflación y memeces seculares, un tesauro de carcomas biográficas y de jodique particularmente propio del tiempo vigesimoprimero D.C. A Manuel, La Mochufa le daba un asco espeluznante. 

Aquí coronaron otro de los ochomiles de su soplapollez. Cogerse una casa en el campo para venir a hacer vida rural y pillarse una chica era una cretinada de nuevo rico, de calzonazos de  vida de mucho denuedo y mucho mérito...No es ilegal ir a pescar en esmoquín, pero es de ser de un retronormal subido.



Los asquerosos es una crítica de la sociedad actual del consumismo y del postureo, y como dijo el autor en una entrevista en ABC Cultural: 


Todos somos, como mínimo, "candidatos a asquerosos"


                    Lourdes