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sábado, 10 de noviembre de 2018

LOS MONSTRUOS NUNCA MUEREN, DE CARLOS MARZAL

Feria del Libro de Valencia 2017

Carlos Navarro Marzal, (Valencia1961) es uno de los principales representantes de la poesía de la experiencia, que dominó la lírica española en los años 80 y 90. Numerosos críticos incluyen también en este grupo la obra de autores como Luis García MonteroFelipe Benítez Reyes o Vicente Gallego.
Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Valencia, durante sus diez años de existencia codirigió Quites, revista de literatura y toros. La obra poética de Marzal alcanza su punto de mayor éxito con la publicación de Metales pesados, poemario que tras su publicación consigue los premios Nacional de Poesía y de la Crítica. El año 2003 obtuvo el Premio Antonio Machado de Poesía y en 2004 el XVI Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe por su obra Fuera de mí. Ha debutado en la narrativa con la novela Los reinos de la casualidad (Tusquets, 2005), considerada como la mejor novela del año por el suplemento El Cultural del periódico El Mundo.


Los monstruos nunca mueren

Si crees que retroceden, si parece
que han olvidado el rastro de tus días,
tus lugares sagrados, tus ruinas,
el bosque inabarcable de tus sueños;
si sonríes, porque ya no recuerdas
la última noche en que te atormentaron,
ten por seguro que andarán buscándote,
ten por seguro que darán contigo.
Y entonces pisarán donde tú ya has pisado,
incendiarán tu bosque, tendrás cita
con ellos en su cama, jugarán con tus cartas,
beberás de su copa
y soñarán por ti castigos impensables.
Los monstruos nunca mueren .
Viajan dentro de ti, regresan siempre.
Son los pasos que escuchas
en el destartalado desván de la conciencia,
el ruido del somier de dos que follan
en el cuarto contiguo en que no hay nadie.
Los monstruos son las sombras chinescas que proyecta
un insomne demonio en la pared,
o el salvaje aleteo de un pájaro invisible
en un cofre cerrado; la llamada
en mitad de la noche, sin respuesta,
y es la respiración del monstruo
la que está al otro lado, jadeando.
Son el centro de un ojo
que no puede dormir,
porque no tiene párpado.
Pasa el tiempo, se pierde,
la memoria se pudre,
desolladero abajo de nosotros,
el amor se consume por obra de su fuego.
Los secretos terminan traicionándose,
cede la fiebre, el sol declina,
se nos muere la dicha del que fuimos,
el que somos se muere sin saberlo.
Pero los monstruos no.
Los monstruos nunca mueren.

Carlos Marzal.



Lourdes