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domingo, 20 de enero de 2019

EL CUENTO DE LA CRIADA, DE MARGARET ATWOOD


El cuento de la criada

Autora: Margaret Atwood

Nº de Páginas: 412 págs.

Editorial: Salamandra

Año de Edición: 1985

Género: Ciencia Ficción, Distopía






Margaret Eleanor Atwood (Ottawa18 de noviembre de 1939) es una prolífica poetanovelista, crítica literaria, profesora y activista política canadiense. Es miembro del organismo de derechos humanos Amnistía Internacional y una de las personas que presiden BirdLife International, en defensa de las aves. Desde muy joven ha sido una ávida lectora de todo tipo de literatura, desde novelas de misterio, hasta cuentos de los hermanos Grimm, historias de Canadá y cómics. Empezó a escribir a los 16 años. Se graduó en 1961 como licenciada en filología inglesa, con estudios también en francés y filosofía. En otoño de 1961, después de ganar la Medalla E. J. Pratt por su libro de poemas Double Persephone, comenzó sus estudios de postgrado en el Radcliffe College de la Universidad de Harvard con una beca de investigación Woodrow Wilson. Obtuvo un máster y continuó estudiando dos años más allí. Ha impartido clases en distintas universidades de Estados Unidos y Canadá. Ha escrito novelas de diferentes géneros, ensayos, relatos y libros de poemas. También guiones de televisión. En 1985 publica El cuento de la criada, una narración de ciencia ficción distópica y una de las obras más importantes de la escritora canadiense. En ella destaca la crítica social y el tratamiento de la mujer, temas frecuentes en sus obras. En 2017 se estrenó la serie de televisión El cuento de la criada con gran éxito. Ahora está preparando una nueva novela para septiembre de 2019, una continuación, titulada Los testamentos, que narrará la historia de tres mujeres en el país de Gilead, quince años después de El cuento de la criada.


Amparándose en la coartada del terrorismo islámico, unos políticos teócratas se hacen con el poder y, como primera medida, suprimen la libertad de prensa y los derechos de las mujeres. Esta trama, inquietante y oscura, que bien podría encontrarse en cualquier obra actual, pertenece en realidad a esta novela escrita por Margaret Atwood a principios de los ochenta, en la que la afamada autora canadiense anticipó con llamativa premonición una amenaza latente en el mundo de hoy. 

En la República de Gilead, el cuerpo de Defred sólo sirve para procrear, tal como imponen las férreas normas establecidas por la dictadura puritana que domina el país. Si Defred se rebela (o si, aceptando colaborar a regañadientes, no es capaz de concebir) le espera la muerte en ejecución pública o el destierro a unas Colonias en las que sucumbirá a la polución de los residuos tóxicos. Así, el régimen controla con mano de hierro hasta los más ínfimos detalles de la vida de las mujeres: su alimentación, su indumentaria, incluso su actividad sexual. Pero nadie, ni siquiera un gobierno despótico parapetado tras el supuesto mandato de un dios todopoderoso, puede gobernar el pensamiento de una persona. Y mucho menos su deseo. 

Los peligros inherentes a mezclar religión y política; el empeño de todo poder absoluto en someter a las mujeres como paso conducente a sojuzgar a toda la población; la fuerza incontenible del deseo como elemento transgresor: son tan sólo una muestra de los temas que aborda este relato desgarrador, aderezado con el sutil sarcasmo que constituye la seña de identidad de Margaret Atwood. Una escritora universal que, con el paso del tiempo, no deja de asombrarnos con la lucidez de sus ideas y la potencia de su prosa.

Con motivo de la emisión en televisión de la serie he descubierto a Margaret Atwood y El cuento de la criada. Llamó mi atención desde el principio, sugerí el título en el club de lectura y como no era la única interesada en la novela, terminamos el año con su lectura. 
Se trata de una distopía, es decir, "una sociedad ficticia indeseable en sí misma", por la cual Estados Unidos se convierte en una dictadura teócrata (forma de gobierno en que la autoridad política se considera emanada de Dios, y es ejercida indirectamente por un poder religioso), aumenta el autoritarismo y disminuyen las libertades y derechos sociales, empezando por suprimir la libertad de prensa y los derechos de las mujeres, algunas incluso pasan a ser autenticas esclavas sexuales (criadas), obligadas a mantener relaciones con un hombre (comandante) al que asignan con el único fin de procrear y darle un hijo, ya que, por culpa de una serie de experimentos y usos inapropiados de distintas sustancias tóxicas, la mayoría de la población se ha vuelto estéril. Las mujeres están sometidas a unos determinados papeles, no elegidos por ellas: de amas de casa (las Esposas o Econoesposas), otras se ocupan de las labores domesticas, cocinar y limpiar en las casas de las élites (las Marthas), las adiestradoras de las futuras gestadoras (Tías), y las encargadas de la procreación, de dar descendencia a los comandantes cuando sus mujeres son estériles (las Criadas).
La protagonista, Defred, es una "criada"nos contará su día a día a la vez que recuerda como era su vida antes cuando tenía un trabajo, un marido y una hija. No conoceremos su verdadero nombre, el de antes, ahora se llama Defred por su comandante (De Fred, patronímico, que indica de quien es la propiedad), todas las criadas que pueda tener esa casa se llamarán así.
Se encuentran referencias bíblicas y religiosas tanto en la organización social de Gilead, como en la vestimenta (las criadas visten de rojo, las Marthas de azul y las esposas de verde) o el lenguaje. Las criadas al encontrarse se saludan diciendo "bendito sea el fruto" y la respuesta es "el señor permita que madure". Estos saludos tienen sus orígenes en un versículo de la Biblia (Deuteronomio 28:4). Se utiliza la religión y a Dios para conseguir sus fines de procreación y someter a las mujeres fértiles. 

La serie de televisión es bastante fiel al libro, Margaret Atwood participó en el guión, pero seguramente la serie continuará aunque el libro no tuvo en su día esa segunda parte, y eso que el final estaba abierto, con muchas preguntas sin respuestas. 

Algunas Frases del libro

"Hay más de una forma de ser libres, decía tía Lydia. Puedes gozar  de algunas libertades, pero también puedes librarte de ciertas cosas. En los tiempos de la anarquía, se os concedían ciertas libertades. Ahora se os concede vivir libres de según qué cosas. No lo menospreciéis". (Página 53).

"Somos matrices con patas, eso es todo: somos recipientes sagrados, cálices ambulantes". (Pág. 196).

"Vive el presente, saca el mayor partido de él, es todo lo que tienes". (Pág. 205).

"No se puede freír un huevo sin romperlo, sentencia. Pensábamos que haríamos que todo fuera mejor.
¿Mejor?, repito en voz baja. ¿Cómo es posible que crea que esto es mejor?
Mejor nunca significa mejor para todos, comenta. Para algunos siempre es peor". (Pág. 291).

Leyendo este libro he recordado una de las frases célebres de un referente del movimiento feminista como es Simone de Beauvoir y que está tan de actualidad hoy como el día que la dijo:

“No olvidéis jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos nunca se dan por adquiridos, debéis permanecer vigilantes toda vuestra vida”.

El cuento de la criada es una crítica social que a pesar de los años sigue de actualidad, (por desgracia), además de un alegato contra la violencia machista, la misoginia y el fundamentalismo religioso, es un "cuento" para pensar y para aprender.

                       Lourdes