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sábado, 14 de octubre de 2023

EL SALÓN DE PACHINKO, ELISA SHUA DUSAPIN (29 - 2023)

El salón de Pachinko

Elisa Shua Dusapin

152 páginas

Automática Editorial

Publicado en 2023

Narrativa contemporánea

Premio suisse de litérature

Premio Ève de l'Académie romande



Elisa Shua Dusapin nació en Francia en 1992. De padre francés y madre surcoreana, creció entre París, Seúl y Porrentruy, en el cantón suizo del Jura. Dusapin recuerda su infancia y su educación como un proceso marcado por dos culturas. En 2014 se graduó en Escritura Literaria en el Institut littéraire suisse de Bienne, Suiza, y en 2016 empezó a cursar un Máster en Francés Moderno en la Universidad de Lausana. Ha intercalado sus estudios con algunas estancias en Asia Oriental, concretamente en Japón y Corea del Sur, y con residencias literarias en Estados Unidos. Su obra, que incluye las novelas Un invierno en Sokcho y Vladivostok Circus, se han traducido a más de veinte idiomas y ha recibido multitud de galardones internacionales. Por El salón de Pachinko la autora obtuvo el Prix suisse de litérature y el Prix Ève de l'Académie romande.


Sinopsis

Claire está a punto de cumplir treinta años y con la llegada del verano, decide ir a pasar una temporada con sus abuelos maternos en Tokio y acompañarlos en un viaje a su Corea natal, que abandonaron cuando comenzó la guerra civil y a donde nunca han regresado.

En Tokio, Claire se reencontrará con los recuerdos de su infancia y con un país donde no puede evitar sentirse una extraña. De sus abuelos la separan la distancia generacional y el idioma: ella ha olvidado el coreano y su su abuela se niega a hablar en japonés. Además se ocupará de cuidar de Mieko, una niña japonesa a la que enseña francés.

La delicadeza y la precisión de la escritura de Dusapin reúnen en esta historia, evocadora y aparentemente sencilla, temas de enorme complejidad como las relaciones familiares, la herencia cultural, el sentido de pertenencia y la migración. El salón de pachinko es una novela sutil, llena de silencios e imágenes que revelan con dulzura y desgarro el complejo paisaje interior del desarraigo. 


Opinión personal

He tenido la suerte de poder leer El salón de Pachinko, de Elisa Shua Dusapin, gracias a Masa Crítica de Babelio. Uno de los motivos por los que quería leer este libro es porque hace unos cinco años leí Pachinko, de Min Jin Lee (reseña aquí), y me encantó. Conocía el típico juego coreano que da título a la novela, el Pachinko. Es un juego popular en Corea y Japón. Una especie de pinball cuyo sistema amañado generaba mala fama, tremendamente adictivos, son un sistema de juegos de casino totalmente legales. Un negocio con los que la yakuza tenía relaciones. Pero el salón de Pachinko del que habla esta novela, El Shiny, es un pequeño negocio familiar que lleva el abuelo de la protagonista, Claire, desde hace más de cincuenta años. Emigraron a Japón en 1952 debido a la guerra de Corea. Es un negocio legal, pero mal visto por los japoneses. 


Imperaba el mercado negro, con los cigarrillos como producto principal. Los coreanos de Japón veían cómo se les negaba el acceso al mercado de trabajo por culpa de su nacionalidad. Se inventaron un juego. Un tablero vertical. Bolas. Una palanca mecánica. Bolas por cigarrillos.


Claire es una joven que a punto de cumplir los treinta años decide visitar a sus abuelos que viven en Japón, y acompañarles a visitar su Corea natal. Ella se ha criado en Suiza y su idioma es el francés, aunque ha estudiado japonés para poder hablar con ellos, su abuela se niega a hablar en otro idioma que no sea coreano, y creará una incomunicación y distanciamiento entre ellas. 

El coreano se me fue olvidando a medida que fui aprendiendo francés. al principio, mi abuelo me corregía. Ahora, ya no dice nada. Nos comunicamos en un lenguaje hecho de palabras simples, inglesas o coreanas, de gestos y de mímicas exageradas. Japonés, nunca.


Aprovechará su estancia allí para trabajar dando clases de francés a una niña, Mieko. Conoceremos a la niña y a su madre y con ellas nos acercaremos a la gastronomía, las tradiciones, y costumbres del país.

Las diferencias culturales, el distanciamiento, el aislamiento y la falta de adaptación a un país al que no sientes tuyo, ese desarraigo, se harán más que evidentes a lo largo de una novela en la que los silencios dicen casi tanto como las palabras. 

-Verá, en Japón desaparecen miles de personas todos los años. Algunas incluso recurren a empresas privadas que los ayudan a crear una nueva identidad.


El salón de Pachinko es el símbolo de todo eso que los separa, esa realidad para muchos coreanos que se vieron obligados a salir de su país, al exilio en Japón, el racismo y el rechazo del país de acogida. Elisa Shua Dusapin cuenta mucho en tan solo 150 páginas. 


El Gobierno japonés no ofrece ninguna pensión para los trabajadores. Sin dinero ni una familia que les cuide, los ancianos se ven obligados a trabajar hasta la muerte. Casi todos los establecimientos de pachinko tienen un policía jubilado en la sala de vigilancia.


El salón de Pachinko es una novela de pocas páginas que cuenta mucho, toca diversos temas muy interesantes con delicadeza, sencillez y silencios. 


               Lourdes