Blas Ruiz Grau nació en 1984 en Rafal (Alicante). Autopublicó su primera obra, La verdad os hará libres en 2012, con un inmediato éxito de ventas. Sus tres siguientes novelas -La profecía de los pecadores, Kryptos y Siete días de marzo- han alcanzado los primeros puestos en las listas de ventas de libros digitales, conquistando a decenas de cientos de lectores. También es autor del ensayo sobre investigación criminal Que nadie toque nada y asiduo colaborador de la web literaria Zendalibros.com. Tras el éxito de No mentirás (reseña aquí) y No robarás (reseña aquí), con esta tercera entrega concluye la exitosa trilogía.
Sinopsis
Llega el cierre de la trilogía más diabólicamente adictiva.
Nicolás Valdés no ha dado señales de vida desde la última gran aparición del mutilador de Mors, cuando seis personas fueron brutalmente asesinadas. Hace un año que el inspector está desaparecido, el asesino sigue libre y reina una calma tensa en Madrid. Solo hay una razón por la que Nicolás volvería. Solo una persona podría romper esa calma.
El asesino ha tenido tiempo para preparar su gran jugada, la que le llevará a enfrentarse al inspector en su última partida de ajedrez. Madrid ya ha descansado demasiado, Nicolás Valdés también. Es el momento de llegar al final, un final que ha esperado durante ocho años: solo uno de los dos puede quedar en pie.
Toda historia tiene un comienzo pero también tiene un final,
sea cual sea
Opinión personal
No morirás es la última entrega de la trilogía protagonizada por el inspector Nicolás Valdés. Hay que leerla después de las anteriores y es muy difícil hablar de la última sin revelar demasiado de las anteriores. No morirás empieza donde acaba la entrega anterior, vamos, que si no has leído No robarás no deberías leer la sinopsis de esta. Ni todo lo que yo pueda contar ahora. Además de que es muy difícil, por no decir imposible seguir toda la investigación sin conocer lo sucedido en las dos anteriores novelas. Hay que leerlas por orden, si o sí.
Nicolás ha estado desaparecido durante un año, después de lo sucedido con el mutilador de Mors. Pero cuando Fernando, el asesino vuelve a aparecer, no tendrá más remedio que volver a enfrentarse con él. Le ayudarán, como no podía ser de otra manera, su amigo y compañero el inspector Alfonso Gutiérrez, y Sara Garmendía, Inspectora jefe de la Sección de Análisis de la Conducta del Cuerpo Nacional de Policía, su equipo habitual y también nuevas incorporaciones. A Fernando, el asesino psicópata, lo conocemos de las dos anteriores novelas, pero no deja de sorprendernos. Inteligente y meticuloso, tiene todo planeado y controlado hasta el último detalle. Secuestró a una persona muy importante y querida para Nicolás y ha señalado una cuenta atrás para acabar con ella. Mientras también irá matando a otras personas. Por lo que tendrán que encontrar la posible conexión entre ellos para adelantarse a él, y todo hace que la investigación sea contrarreloj. Al igual que en las anteriores novelas, esta tiene mucho ritmo, acción, giros, sorpresas, engancha y se lee del tirón. En cuanto a los personajes, tendremos novedades, las relaciones entre ellos han cambiado. Nicolás salió huyendo después de lo ocurrido y ha estado desaparecido, sin dar señales de vida durante ese tiempo. Y tanto Alfonso como Sara se sentirán abandonados por él y muy enfadados. Los personajes han ido evolucionando desde la primera novela, en la que tanto Alfonso como Nicolás son unos novatos, hasta llegar a ser este último uno de los mejores investigadores de asesinos en serie. También Fernando ha ido cambiando y ahora le conocemos mejor. Es un buen broche final para la trilogía y me da pena que termine. Aunque, ¿quién sabe? Igual se convierte en una serie y volvemos a saber de ellos. A mí me gustaría que así fuera.
Frases
"Qué fácil es empujar a la gente, pero qué difícil guiarla." La frase, pronunciada por el premio Nobel de Literatura Rabindranath Tagore, resonó en su cabeza.
... asociaba la palabra "psicópata" a una persona que causaba dolor con el único propósito de sentir satisfacción personal. Y por más que lo intentaba, no encontraba esa satisfacción por ningún lado.
Lo suyo no era matar por matar: todo lo hecho, todo lo que quedaba por hacer, todo escondía un sentido, un propósito, un fin.
Había pensado en muchas ocasiones que si le diera por relatar todo lo sucedido desde que ambos inspectores, novatos ellos, llegaron a Alicante podría vender una trilogía que seguro sería un éxito de ventas.
Tenía una constante sensación de déjà vu, parecía que no se iría nunca.
"Discernir sobre bien y mal, / apurara una copa rebosante de miedos / trabajar sin apenas respirar, / olvidar que se consume tu tiempo."
El primer impulso era inevitable. El resto es lo que es inexcusable.
La falta de control era propia de locos, de lunáticos, y él no lo era. Él perseguía un fin. Obraba en pos de unos motivos. Sus actos estaban justificados. No estaba loco.
Con No morirás termina una trilogía con mucha acción, que engancha y que es totalmente adictiva.
Lourdes