Eternizándome
Vicente Millán Jover
N° de páginas: 92
Editorial: Eride Ediciones
Año de publicación: 2019
Género: Poesía
Vicente Millán Jover nació en Vinaròs, provincia de Castellón. Es el tercero de cuatro hermanos varones que a la orilla del mar (literalmente), realizaron sus estudios primeros en el Grupo Escolar San Sebastián. En la Escuela Universitaria de Teruel completó sus estudios de Magisterio y trabajó como maestro en distintos pueblos de la provincia; actualmente imparte clase en el C.E.I.P. Miguel Vallés de Teruel.
Eternizándome vio la luz aproximadamente en febrero de 1993 y durmió el paso de los años hasta que se mandó a la editorial Éride en febrero de 2019. Dos de los poemas incluidos en este libro Rosa de dos tallos y Vacía, fueron premiados (1992 y 1993) en el Certamen Nacional de Poesía Amantes de Teruel en la categoría de Poesía Joven.
Sinopsis
"Nacida de la tierra, de la espiga otra espiga en el sembrado". Todo comienza y acaba, y hay múltiples formas de dejar huella, de eternizarse. Los hijos, el amor que perdura más allá de la existencia…Este libro hace un recorrido por la vida en la que uno puede sentirse identificado en cualquier momento. Abuelos, padres, nietos, es el círculo de la vida, una espiral en el fondo, un continuo devenir del tiempo inexorable. Tras los sentimientos, las vivencias y la muerte, queda el recuerdo de los que se fueron y, como en ellos, la vida perdura Eternizándome.
Opinión personal
Cuando el autor, Vicente Millán Jover, me propuso leer su libro de poemas, me pareció interesante cambiar un poco el tipo de lectura. Hacía mucho que no leía poesía, creo que también influye mucho el momento personal de cada uno.
En Eternizándome encontraremos una poesía sencilla y muy personal. En sus poemas nos abre su corazón. Dedicada el libro a su mujer, a sus hijos y también a su padre, su madre y sus hermanos. Habla de amor, de vida y de muerte. Como las tres heridas de Miguel Hernández. No soy una experta, pero me ha recordado en distintos poemas a algunos de los grandes poetas españoles, como pueden ser Gustavo Adolfo Bécquer o Antonio Machado.
El libro está dividido en tres partes: De mi vida, La perla negra y Eternizándome.
Empieza con la vida, el nacimiento, para encontrar el amor en la segunda parte, y termina con la muerte, el final, eternizándose. En estos 50 poemas acompañaremos al autor a lo largo del recorrido que hace por su vida. Destacar los dos poemas premiados y tal vez sea la última parte es la que más me ha gustado.
X
Rosa de dos tallos
Una rosa de dos tallos confundidos,
una rosa de un color profundo,
una rosa de dos tallos que se encaran.
Dos tranquilos seres sin sentido
en un mundo en el que ninguno
tiene cabida. Dos tallos para
una misma Rosa rojo vivo,
para un gran cúmulo
de imágenes frustradas.
La sencillez, el color y la alegría
en la unión de dos tallos quebradizos;
y en ellos, mientras uno busca espinas,
el otro, teniendo…, nunca quiso.
La esencia de las lágrimas
temiendo no ser Rosa y ser espino.
Dime, ¿qué sientes tallo en tus entrañas?,
¿qué buscas?, ¿qué quieres ser en estos
tiempos?;
¿por qué en tu savia abrigas esperanzas
sobre una vida que no entiendo?
Dime qué te impulsa a elaborar tu savia
y mantener la Rosa fija al viento,
dime qué es lo que sin duda de mañana
te infunda vida cara al cielo.
Dime si es tu poesía quien proclama
nuestra forma en lo más alto, si tus versos
son la esencia de la Rosa, el alma
en que reposan sentimientos.
El susurro de los labios
habla en voz de pensamientos.
No soy yo más que uno de los tallos,
soy yo quien de mañana llora;
soy el ansia de estar enamorado,
y tú eres por mi quien se enamora.
Tallo, si tú te sientes defraudado
porque crees que soy yo la esencia de la
Rosa,
si crees que la forma en lo más alto
está en mis versos y en sus ropas,
si crees que ni siquiera eres un tallo
que da vida, luz y forma...,
siento decirte que estás equivocado;
la esencia no soy yo, ni tú..., sino la Rosa.
La verdadera esencia es la fragancia
de una flor espina y roma.
La flor que nadie alcanza
a conocer entre los campos,
sencillez y versos que se enlazan
en dos caminos separados.
La imagen de una vida corta y larga
en sentimientos, que por uno y otro vaso,
discurren tranquilos desde el alba
hasta el mismo fin del día en el ocaso.
Una Rosa roja de esperanza,
esencia de unos versos en los labios,
de la profunda sencillez de una mirada...,
simplemente..., una Rosa de dos tallos.
Poesía premiada en el XXXI Certamen Nacional de Poesía Amantes de Teruel en la categoría de Poesía Joven
XXXIII
Vacía
A decir no llego que vacía está la casa,
que no hay con quien robarle tiempo al tiempo.
Las mesas, los pasillos, las lámparas...,
los cuadros, las salitas, los extremos
de todas partes de vacío resquebrajan.
A decir no llego que vacía está de aliento,
que no hay a quien dirigirle una mirada.
Insípida y vacía, sólo el aire fresco
habita indiferente la morada
acompañando fríamente a mis anhelos.
No llego..., no digo que el vacío me arrastra
por la vida ahogando mis deseos,
que me despierta siempre al alba
quebrando una y otra vez mis sueños.
A decir no llego que vacía está la casa
de gritos, risas, bromas, juegos...,
vacía como nunca en el alma
había sentido..., y a decir no llego.
Ausente, y fría y desolada,
y desierta, y triste y en silencio
sin nombrar siquiera una palabra,
a la esperanza espera sin consuelo.
Tal que ayer, vacía hoy como nada;
finamente vacía de reflejos,
de cariño, de inquietudes, de sonrisas blancas
a las que tomar apego;
fríamente sola, abandonada.
Ansiosa de por vida en sentimientos,
a decir no llego que vacía está la casa;
que no hay con quien robarle tiempo al tiempo,
que no hay a quien dirigirle una mirada.
Y desierta, y triste y en silencio,
suspira siempre eterna a quien llegara,
y a decir no llego.
Poesía premiada en el
XXXII Certamen Nacional de Poesía Amantes de Teruel
en la categoría de Poesía Joven.
VI
Las copas de los chopos que se ve que mueren,
tejados, chimeneas, humo…, y a lo lejos el
campo.
Aquí…, triste el poeta; que ni poeta, ni
ilusión, ni fuelle
que le lleve a inspirarse en su vida acaso.
Y como en todos mis días, en mis septiembres,
sigo sin saber qué busco, qué soy…, qué
valgo…;
porque mis labios han sido, son, y serán
siempre,
los de un niño que si llora o ríe , lo hace
en vano.
Esperar por esperar, porque soy hombre sin
suerte;
esperar por esperar, por temor a lo más Alto;
esperar…, esperar en la vida y en la muerte,
porque me oigo a mi mismo que me llamo
llanto.
VIII
Como los pájaros,
sí, totalmente.
¡Libre, libre!,
surcando el cielo,
y las nubes…, y las nubes.
Como la brisa,
sí, suavemente.
¡Libre, libre!,
acariciando el mar,
y los montes…, y los montes.
Como aquel que no hace nada,
sí tiernamente.
¡Libre, libre!,
quiero serlo.
¡Libre, libre!,
¡totalmente!
XLII
Cuando marche
Cuando marche al final de mi aventura,
cuando te digan: _ya lo hemos perdido_;
diles que no..., que no tiene sentido,
porque en mi poesía hay hermosura.
Mira en la noche estrellada y oscura,
búscame, ¡va!, búscame allá escondido
en brazos de la estrella del olvido,
la estrella que la noche más apura.
Cuando marche, si algún día te hablasen
de mi vida, del loco, de mi suerte,
recuerda que en las luces que te abrasen
en la noche, me verás, podré verte,
y si entonces las estrellas marchasen
veme de nuevo en aras de la muerte.
XLIII
Cuando mi alma se escape y se os pierda
dejad mi cuerpo con los ojos abiertos,
Cuando la muerte me inunde de triste niebla
que sea testigo del viaje eterno.
Cuando mi alma se escape y se os pierda
dejad mi cuerpo con los ojos abiertos,
que como soñé un vida terrena
quiero seguir soñando despierto.
Cuando mi alma se escape y se os pierda
dejad mi cuerpo con los ojos abiertos,
que vea de cerca la triste niebla,
que vea como mi alma alza el vuelo.
Cuando mi alma se escape y se os pierda
dejad mi cuerpo con los ojos abiertos,
porque si un sueño de vida se quiebra,
otro sueño de vida comienza de nuevo.
Eternizándome es un libro de poemas para leer y disfrutar con tranquilidad.
Lourdes