Las Palmas, 1918. Marcela Riverol y su familia tratan de sobrevivir al hambre mientras se suceden los combates entre británicos y alemanes en aguas del archipiélago canario, bloqueado por los submarinos germanos. Hans Berger, teniente de la Marina alemana, es encontrado a la deriva y llevado malherido a casa de los Riverol. Marcela lo cuidará con la ayuda de Herminia, una anciana de pasado misterioso y con fama de bruja.
Cuando Hans debe volver a la guerra, el vínculo entre ambos será tan fuerte que cambiará sus vidas para siempre.
Una épica novela que narra el bloqueo que sufrió Canarias durante la Primera Guerra Mundial y el naufragio del Valbanera, el mayor siniestro naval español en tiempos de paz. Una historia de amor que cruza océanos y atraviesa la primera mitad del siglo XX.
Solo el amor es capaz de vencer al tiempo, el olvido y la guerra.
Opinión personal
El guardián de la marea es una
novela romántica basada en una de ficción histórica que nos llevará a las Islas
Canarias. La historia que nos cuenta la novela empieza en el año 1918 durante
la Primera Guerra Mundial, y terminará en 1947, después de acabada la
Segunda Guerra Mundial. Además del bloqueo que sufrieron las Islas Canarias y en
particular Las Palmas de Gran Canarias, que es donde se desarrolla gran parte de
la trama, nos cuenta el naufragio del transatlántico español Valbanera, el
mayor siniestro naval español en tiempos de paz. La autora se ha documentado
muy bien para contarnos los hechos históricos, pero en realidad todo gira en
torno a la historia de amor de los protagonistas durante unos veinte años. No soy de leer novelas románticas, pero me animo cuando tienen un contexto histórico interesante, como ocurre con la novela escrita por Mayte Uceda.
Marcela Riverol es la gran protagonista, junto
con Hans Berger. Ella es una joven que vive en Las Palmas de Gran Canarias, con su padre, su
hermana mayor Isabel
y un primo llamado Gaspar. Se crió con las monjas, en
un orfanato desde que nació y sor Felipa la ha cuidado siempre. Su madre murió al
tenerla y su padre no quiso saber nada de ella. Se ha criado con la
indiferencia de su padre, la envidia y casi odio de su hermana Isabel. De
alguna manera la culpan de su muerte. Tiene otra hermana, Carmen, que se fue a La Habana con la tía Flora. Aunque no la
conoce siempre tiene alguna palabra para ella cuando escribe desde allí. El
único cariño que ha recibido Marcela desde pequeña ha sido el de las hermanas, y en
concreto el de sor Felipa.
"Solo te quieren para que les laves la ropa y les espantes las pulgas".
Las monjas le habían enseñado que las suposiciones eran el enemigo de las mentes ponderadas, significara eso lo que significara.
Será importante en la vida de Marcela la amistad que surgirá con
Herminia “Maldiciones”, una vecina mayor con la que coincide en el río lavando la ropa, y que está considerada en el barrio casi
como si fuera una bruja. Es un personaje que me ha gustado mucho, y es de gran ayuda.
Pero así es la vida, mi niña, corta cuando somos inmensamente felices y larga cuando somos terriblemente desgraciados. Es una puñeta, lo sé, porque no espero encontrar en el más allá una vida mejor que la que tuve aquí.
Coraje, criatura. Y dignidad. No dejes que te arrinconen ni que te desprecien. A las mujeres nos toca luchar por cosas que los hombres nunca se encontrarán en el camino. Por eso nosotras somos más fuertes.
Por otro lado, está el teniente de la Marina Alemana,
Hans Berger. Se encuentra en un submarino alemán en aguas del archipiélago canario cuando un accidente hace que caiga al agua herido. Lo encontrará Gaspar, el
primo de Marcela y lo llevará a su casa. Se curará gracias a los cuidados de
ella y la ayuda de Herminia. Poco a poco crecerá el amor entre ellos a pesar de
la diferencia de edad, del idioma y de la guerra.
—Mi padre dijo una vez que no es bueno quitar honra a enemigo vencido, porque la honra es lo único que le queda. Si humillas a persona o pueblo derrotado, el daño regresa como venganza.
—Se quedó en silencio unos segundos y después añadió—: Los niños de mi país... Sus ojos estaban fríos como hielo... Esos niños sobreviven de igual forma que los perros. Llenan sus pequeños corazones de rencor. Pronto serán hombres y mujeres... ¿Qué valor tendrá para ellos su propia vida o la vida de los demás? Los aliados ganaron guerra, es cierto, pero no ganaron paz.
"No temas a la muerte más que a la propia vida", le había dicho una vez su padre.
Y no la temía. Pero ¿qué debía hacer con el miedo a perder a las personas que amaba? ¿Y con el dolor tras la pérdida? ¿Cómo se combatía eso?
Hans, como teniente de la Marina alemana, participará en dos guerras mundiales.
—Antes soñaba con volver a casa, a mi ciudad, y que todo está igual. Pero mi familia ya nunca es la misma. La guerra destruye todo. No solo destruye hogar, familia... También destruye esperanza en el futuro, en el ser humano. La guerra crea personas vacías.
La certeza de que no volvería a ser el mismo le mortificaba, porque había aprendido que convivir con la muerte cambiaba a las personas. Llevaba tanto tiempo en el mar que, en ocasiones, sus recuerdos desaparecían, y con ellos la ligazón orgánica de pertenecer a un mundo sin guerra.
En El guardián de la marea podemos encontrar una bonita historia de
amor, pero además encontraremos historia, política, guerra, honor, lealtad,
malos tratos, amistad, bondad, una protagonista con un gran corazón, una gran fuerza
y muy luchadora.
Otras frases
A los pobres nos va mejor siendo analfabetos, Marcela. No están dispuestos a dejarnos progresar. Si quisieran ayudarnos, traerían maestros de la península y construirían más escuelas.
¿Lo hacen? No lo hacen. ¿Sabes por qué nos construyeron ermitas en los Riscos? Para que no bajásemos a oír misa a sus flamantes iglesias. Les molestan nuestros harapos y la cara sucia de nuestros niños.
El hambre no entendía ni de honra, ni de leyes, ni de amenazas del infierno.
El hambre era el infierno.
Y del infierno solo se escapa pecando.
—Pero si nos quitan los sueños, ¿qué nos queda?
—La ingrata, cruda y despiadada realidad. De la realidad puedes fiarte. Los sueños siempre te traicionan.
—Hay que soñar las cosas primero para luego intentar cambiarlas.
—Cualquier cosa que hayas decidido hacer, hazla con todas tus fuerzas. Ahí radica la inteligencia, amiga mía. Y eso se te da bien. Lo he visto con mis propios ojos.
El guardián de la marea es una cautivadora y entretenida novela romántica con un contexto histórico muy interesante.
