Autor: Luis Zueco
Nº de páginas: 576
Editorial: Ediciones B
Año de publicación: 2018
Género: Novela histórica, Thriller
Trilogía Medieval 3
Luis Zueco (Borja, Zaragoza, 2 de julio de 1979) es un novelista, historiador, investigador y fotógrafo español. Es vicepresidente de la Asociación de Amigos de los Castillos de Aragón y Director del hotel con encanto Castillo de Grisel, galardonado como Mejor Experiencia Turística de Aragón 2019 y copartícipe de la restauración del Castillo-Palacio de Bulbuente. Colabora con el programa La Cadiera de Aragón Radio.
Ingeniero Técnico Industrial por la Universidad de Zaragoza, Licenciado en Historia por la Universidad Nacional de Educación a Distancia, Máster en Investigación Artística e Histórica por la Universidad Nacional de Educación a Distancia en el 2009. Miembro de AEAC (Asociación Española de Amigos de los Castillos). Colaborador en diversos medios de comunicación como Aragón Radio, ABC Punto Radio, Cope, Radio Ebro o EsRadio y la revista Arqueología, Historia y Viajes sobre el mundo medieval. En 2011 publicó su primera novela, Rojo amanecer en Lepanto. Mención de Honor en el Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza 2012 por la novela El escalón 33, por la que también recibió el premio de Mejor Thriller Histórico 2012 de parte de la web Novelas Históricas y fue seleccionada por el I Certamen de Novela Histórica Ciudad de Úbeda. En 2013 publicó Tierra sin rey. Tras los éxitos de crítica y público de El castillo ( 2015, Mejor Novela Histórica 2015 por la web Novelas Históricas) y La ciudad (2016, reseña aquí), concluye con El monasterio (2018) su fascinante Trilogía Medieval, tres novelas que pueden leerse de manera independiente y con las que accedemos, a través de adictivas tramas de intriga ambientadas en los escenarios arquitectónicos más importantes de la época, a aspectos fundamentales de la Edad Media. Su última novela publicada en 2020 es El Mercader de libros.
Sinopsis
El monasterio de Santa María de Veruela aspiraba a ser una ciudad celeste, un fiel reflejo del reino de los cielos, pero lo cierto es que lo habitaban simples mortales. Sus muros fueron testigos de historias de ambición, traición y venganza. Y también de amor, sexo y muerte. En las mágicas y misteriosas tierras del Moncayo se asienta uno de los monasterios cistercienses más bellos del mundo. En el siglo XIV es escenario de una cruenta guerra entre las coronas de Castilla y Aragón, y hasta allí llega el joven Bizén con una misión que cumplir: recuperar los restos que yacen en una de sus tumbas, algo a lo que el abad se niega por misteriosas razones. Pero cuando uno de los hermanos de la abadía aparece asesinado en misteriosas y violentas circunstancias, Bizén se verá implicado en una intriga de peligrosas ramificaciones. Y deberá concentrarse en hallar al culpable si no quiere que su propio secreto sea descubierto. Un thriller histórico de máximo suspense en un fascinante escenario medieval.
"En la estela de Los pilares de la tierra y La catedral del mar" La Vanguardia.
Opinión personal
Tenía pendiente terminar la trilogía medieval de Luis Zueco, y ahora al salir su nueva novela no he querido dejarlo más. En esta ocasión visitamos el Monasterio de Santa María de Veruela, situado a los pies del Moncayo en la provincia de Zaragoza (Aragón). El autor nos describe y nos enseña el monasterio y su entorno que tan importante es para entender la trama y a los personajes. Nos trasladamos al siglo XIV, y como ocurre en las anteriores novelas de la trilogía está muy bien la ambientación.
Cuando uno comienza a leer un libro, sucede algo increíble: los personajes, los escenarios, todo empieza a dibujarse en su cabeza. Es un mundo nuevo, como un viaje por un lugar donde nunca has estado. Y lo más bonito es que ese viaje es distinto para cada uno.
La acción se desarrolla en un lugar como el Monasterio de Veruela, situado en un enclave mágico y misterioso al pie del Moncayo, rodeado de leyendas, en una época en que las gentes eran muy incultas y supersticiosas. Y más en vísperas de todos los santos.
—¿Qué sucede en la noche de Ánimas?
—Los habitantes del Moncayo creen que en esa fecha se abren las puertas del infierno y, por unas horas, los muertos vagan por nuestro mundo. Hacen todo tipo de ritos paganos para sentirse a salvo. Pero si se enteran de esto... no sé cómo reaccionarán esos ignorantes.
—Ese monte te atrae como el canto de una sirena, hay veces que parece que hasta te susurra —suspiró—. Tened en cuenta que desde aquí hasta los Pirineos no hay ninguna otra montaña y domina la frontera con los reinos de Navarra, Castilla y Aragón. Cuando los viajeros lo ven a leguas de distancia, se acercan a él atraídos por algo que nadie sabe explicar.
Aquí se cuentan historias de moros, de judíos, de nigromantes, de brujas, de diablillos...; todas las leyendas y supersticiones que hayáis podido oír en mil viajes las encontráis resumidas aquí, porque están todas. Hasta cuentan que Hércules vino a estas tierras y peleó con dos gigantes.
—Eso son historias paganas...
Hay que tener en cuenta que no se trata de un simple monasterio, no se encuentra aislado, está rodeado de gente que trabaja el campo, cuida el ganado, comercia; hay herreros, taberneros, lavanderas y gente que se dedica a todos los oficios necesarios en una ciudad, que además se encuentra en un terreno de conflictos, donde conviven cristianos, moros y judíos.
Este monasterio no es solo una muralla, una iglesia y un claustro. Veruela es lo más parecido a una gran ciudad.
Cuando la gente de la ciudad hablaba de los monasterios solo nombraba a los monjes y el abad. Se olvidaban a menudo de todas las demás personas que los poblaban.
...somos frontera de tres reinos, ¿qué otro lugar en toda la cristiandad lo es? Decidme.
...cuando dos reinos se enfrentan, solo puede haber aliados o enemigos. Y eso se podía extrapolar a cualquier conflicto. Las medias tintas solo son para épocas de paz, y esta no era una de ellas.
Cuando es atacada la comitiva del notario real solo queda con vida su ayudante, el joven Bizen de Ayerbe. Por orden del rey Pedro IV de Aragón, el notario tenía la misión de recuperar los restos del infante Alfonso, primogénito y heredero del rey Jaime I de Aragón, y que fue enterrado en el monasterio de Veruela, para ser trasladados a Huesca, al convento de los Predicadores. Al llegar, Bizen se hará pasar por el notario real y pretenderá cumplir con la misión encomendada por el rey. Con lo que no cuenta es que en el monasterio se acaba de cometer un crimen, el hermano lego Octavio ha aparecido muerto con una daga clavada en el cuello, y además los restos del infante han desaparecido. El abad Sancho está enfermo, en su ausencia gobierna y supervisa todo el prior Antón, su mano derecha. El crimen parece que solo ha podido cometerlo uno de ellos y el abad, que enseguida descubre que Bizen no es el verdadero notario real, le encargará que investigue lo sucedido y encuentre al asesino de Octavio, ya que dice no fiarse de ninguno de los monjes para realizar esa tarea. Todos son sospechosos, desde el decano Esteban encargado de la cilla, el hermano Julián encargado del agua, el hermano Timoteo encargado de las obras, el hermano Saturio encargado del herbolario, el hermano Ramiro el boticario, el hermano Bartolomé el semanero, el hermano Rogelio el hospedero, el hermano Cipriano el portero y hasta el joven hermano Hugo.
...por contradictorio que pueda parecer, los hay que temen a la vida — replicó el abad—, no están contentos con lo que Dios les ha otorgado y, lejos de pensar en el día del Juicio Final, se centran en el día a día. Aquellos que no temen a la muerte son peligrosos, pues tampoco temen a Dios y pueden dejarse tentar fácilmente por el maligno.
—Os daré un consejo, perseguid el miedo en las almas atormentadas de los hombres, cercarlo y obtendréis todas las respuestas que estéis buscando — sentenció el abad.
—La verdad es liberadora, ¿no creéis? Muchos hombres viven presos de sus mentiras toda la vida. Las mentiras nunca son piadosas, solo engendran más mentiras y, lo que es peor, injusticia y dolor —afirmó el enfermo abad.
La tarea no va a ser nada fácil, ya que se tendrá que amoldar a las reglas y costumbres del monasterio, como son sus "horas canónigas". Cada uno de los monjes del monasterio tiene una ocupación asignada. Y además guardan voto de silencio y es difícil hacerles hablar, solo lo harán por separado. Algunos conocen una parte de la verdad. Todos tienen secretos que esconder, o guardan el secreto de otro. No parecen ser muy sinceros, entre ellos hay ambición y envidia. También encontraremos traición, venganza, amor... Todo son misterios alrededor del monasterio y de sus habitantes. Entre las gentes del pueblo se encuentran unas hermanas huérfanas, Marta y Elena, que viven con su tía y se ocupan de lavar la ropa del monasterio. Su vida llena de misterio se cruzará con la de Bizen y con su investigación.
Frases
—¿Será posible que la luz del mundo se haya trastocado en tiniebla? Los que con su vida debieran haber sido sendero —dijo el anciano monje—, han pasado a ser ciegos que guían a otros ciegos víctimas de la soberbia que se desprende de sus obras.
Cada hombre guarda, al menos, un secreto inconfesable —le susurró—; debéis manteneros firmes ante aquellos que no queráis descubrir. Todos nos creemos capaces de mantener una mentira, pero nada hay más lejos de la verdad. Exige mucho esfuerzo y concentración y, si nos relajamos un instante, todo puede quedar al descubierto.
...la moderación es la clave de todo en la vida. Son los excesos los que nos condenan.
—No os dejéis atrapar por la belleza de este lugar. A veces las mejores personas hacen cosas terribles.
«El bien puede existir sin el mal, pero el mal no puede existir sin el bien.»
«Todos los hombres tenemos secretos», se dijo a sí mismo.
Muy a menudo el miedo a un mal nos lleva a realizar otro peor.
—Mis hermanos tuvieron la suerte de armarse caballeros, como mi padre y mi abuelo. Yo no tengo espada, solo una pluma; ni escudo, tan solo un libro que leer.
—Estimado Bizén, no deberíais subestimar el poder de las palabras escritas, en más de una ocasión han sido el arma con la que se han ganado las más cruentas guerras. El pergamino es poderoso, la palabra escrita alcanza un poder que la hablada ni siquiera imagina.
—A veces dos cosas parecen íntimamente relacionadas y, sin embargo, todo puede ser una mera casualidad, un error de nuestra vista —afirmó.
—Yo creo que no nos podemos fiar de nadie, ni de nuestra sombra que a cada hora cambia de lugar y de noche se esconde.
Cuando uno busca un secreto, corre el riesgo de destapar otros —advirtió el monje—. Por eso hay que extremar la precaución.
Si decimos la verdad, no tenemos que acordarnos de nada; pero si mentimos, deberemos recordar cada una de nuestras mentiras. Por esa razón es posible atrapar siempre a un mentiroso —zanjó Bizén con mucha firmeza —.
El monasterio es un thriller histórico que engancha y en el que iremos de sorpresa en sorpresa, con unos monjes que esconden muchos secretos.
Lourdes
