Autor: Daniel Fopiani
Nº de Páginas: 269 págs.
Editorial: Espasa
Año de Publicación: 2019
Género: Novela Negra y Policíaca
Daniel Fopiani Román (Cádiz, 21 de marzo de 1990), es sargento de Infantería de Marina y escritor. Ha participado en diversas misiones de paz en el extranjero, y como jefe de los Equipos Operativos de Seguridad de la Armada, ha estado desplegado en el norte de Europa, el golfo Pérsico, el mar Rojo, Turquía, Grecia, Egipto e Irak.
Ganó el Primer Premio en el Certamen de creación literaria Poeta García Gutiérrez (2016), el Primer Premio en el IV Certamen internacional Ana María Navales (2016) y el Premio Valencia Nova de Narrativa 2017 con la novela La Carcoma (Reseña Aquí).
Escribe activamente para la revista Zenda, ha formado parte de varias antologías de relatos, ha colaborado como columnista en varios periódicos de la provincia de Cádiz y durante más de cinco años ha sido director de la revista literaria RSC. En 2019 ha publicado La melodía de la oscuridad.
Sinopsis
¿Podrá un hombre ciego y asediado por sus demonios hacer frente a un asesino imparable?
Adriano es un hombre acabado. Nada queda de aquel aguerrido sargento que sufrió un atentado en el País Vasco que le reventó las cuencas oculares y la vida entera: ahora es un monstruo desfigurado, ciego, que vive en Cádiz dependiente de su mujer, Patricia, que apenas soporta la rutina y que, a pesar del profundo amor que siente por su marido, no puede dejar de estar angustiada, además, por el dolor incesante de no haber tenido hijos.
Cuando el teniente Román pide la ayuda de Adriano para encontrar al asesino que aterroriza a la ciudad, él sabe que, a pesar de su ceguera, no podrá negarse. La primera víctima aparece salvajemente mutilada en el Museo Arqueológico, la segunda en uno de los parques más concurridos de Cádiz. Adriano intuye que el psicópata está emulando los doce trabajos de Hércules.
Opinión Personal
Han asesinado a un guardia de seguridad en el Museo Arqueológico de Cádiz, además le han quitado la piel de la espalda y el cadáver está justo a los pies de la estatua del Hércules de Farnesio. El encargado de la investigación, es el teniente Román de la Guardia Civil. El caso es complicado, y pensando en el ascenso no tiene más remedio que llamar de madrugada a Adriano, sargento retirado del servicio desde hace más de ocho años, cuando un atentado terrorista en el País Vasco le dejó ciego. Desde entonces su vida es un infierno; ninguno de sus compañeros se había acordado de él, ni ha ido a visitarlo, ni le ha llamado por teléfono en ese tiempo. No solo perdió la vista, la explosión le reventó los globos oculares, dejándole también la cara desfigurada; además de otras lesiones, también le dejó impotente y una profunda depresión. Vive en compañía de su mujer, Patricia, que lo cuida y de su perro guía, Acho. Ella aguanta su mal genio y malos modos desde entonces. Es maestra, y siempre ha deseado ser madre.
Desde el primer momento Adriano sabe que están ante un asesino en serie, que está emulando los doce trabajos de Hércules. La idea de ayudar en la investigación hace que por primera vez en mucho tiempo se sienta vivo y útil.
Al asesino, Alceo, lo vamos a conocer desde el principio. Poco a poco iremos sabiendo su pasado y los motivos por los que mata de esa manera.
En La melodía de la oscuridad nos encontramos con un investigador diferente, con muchos problemas físicos y psicológicos por culpa de su situación en la que se encuentra desde el atentado. Daniel Fopiani nos mete en la piel de un invidente, nos hace percibir como se puede sentir, las sensaciones que tiene en esa oscuridad.
La gente se piensa que cuando uno pierde la visión es como si se apagasen todas las luces. Y ojalá fuese así. Sus nervios oculares habían quedado totalmente desconectados con el exterior, pero parecían luchar constantemente por encontrar algo de luz. Es como si la oscuridad tuviese su propia danza. Su propia melodía. Y este festival de colores y de formas era imposible de evadir.
Además también conoceremos como se siente la otra víctima del atentado, en este caso Patricia, que vive volcada en el cuidado de su marido, el amor de su vida, aguantando sus malos modos y su genio. Son unos personajes que dejan huella y es imposible no sentir empatía. Hace que nos imaginemos un poco como se puede sentir alguien que haya pasado por eso, o que se encuentre en unas condiciones similares.
Me ha vuelto a pasar lo mismo que me pasó cuando leí La Carcoma: me ha gustado, me ha atrapado, no podía parar de leer, me ha parecido una novela corta, (lo bueno si breve dos veces bueno, dicen), y un final que te deja con ganas de más, de otra entrega, de otro caso, de saber si le volverán a pedir ayuda, que va a pasar con él, con su vida, con su matrimonio...
Frases
No sabía que envejecer doliera tanto.
Le habían robado los ojos, las sonrisas y los rostros de sus seres queridos. Pero lo peor de todo era que también le habían arrebatado el consuelo inalienable de poder llorar.
La soledad y la oscuridad son dos hermanas que siempre van ganando terreno. Nunca reculan.
La melodía de la oscuridad es una gran novela negra, un thriller que se lee rápido, te atrapa y te deja con ganas de leer más.
Lourdes