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martes, 24 de marzo de 2020

EL PASEO DE LOS CANADIENSES, AMELIA NOGUERA

El paseo de los canadienses

Autora: Amelia Noguera

Nº de Páginas: 384 

Editorial: Benerice 

Año de Publicación: 2019

Género: Novela Histórica


Foto Twitter @amelianoguera

Amelia Noguera, madrileña, es graduada en Humanidades, ingeniera informática, posgrado en  Didáctica de la Historia y las Ciencias Sociales e Innovación educativa, y cursa en la actualidad el Doctorado en Literatura e Historia. Además de novelista, es traductora, investigadora y profesora. Ha publicado La marca de la luna (2014), La pintora de estrellas (2015), Prométeme que serás delfín (2016) y Escrita en tu nombre (2017). El paseo de los canadienses (2019) es su primera incursión en la novela histórica. Con referencias literarias muy dispares, sus obras rezuman intimismo y emoción al tiempo que expresan una inquietud social muy marcada. Varias de sus novelas han sido traducidas ya a otros idiomas con enorme éxito.

Sinopsis
Desde el exilio, Azucena, ya anciana, narra cómo ella y Martina, la nieta de la rica propietaria de una fábrica de naranjas, se convirtieron en amigas inseparables en la llamada "carretera de la muerte". El general franquista Queipo de Llano se disponía a tomar Málaga y, sin armas ni apoyo del gobierno, los milicianos republicanos desertaron. Miles de mujeres, niños y ancianos emprendieron entonces una huida desesperada hacia Almería por la carretera que bordeaba el mar: hoy conocido como Paseo de los Canadienses.
Junto al emotivo y hermoso relato de amistad, un nutrido elenco de personajes, reales en su mayoría, completan el riquísimo entramado histórico: un piloto italiano que ametralló a quienes "corrían"; el escritor y filósofo Arthur Koestler, condenado a muerte por Queipo; el cooperante canadiense que acompañó al médico Norman Bethune en el auxilio de los refugiados; una enfermera del socorro Rojo Internacional que los atendió en Almería...Sus diferentes puntos de vista brindan al lector el caleidoscopio veraz y desgarrador de quienes vivieron aquella masacre. Esta memorable novela de Amelia Noguera nos sumerge en un episodio lastimosamente olvidado de nuestra Guerra Civil y presta voz a sus víctimas, unas y otras.

"Amelia Noguera, dueña de una voz auténtica y genuina, es una novelista nata, de enorme imaginación y con muchas cosas que decir. Dibuja la trágica época histórica con una fluidez narrativa que encanta, seduce y conmueve a la vez". Alejandro López Andrada


Opinión Personal

Tuve la suerte de ganar El paseo de los canadienses de Amelia Noguera (dedicado) en un sorteo organizado por el blog Bookeando con Mª Ángeles.



Es la primera novela que leo de Amelia Noguera. Me ha gustado mucho su manera de combinar la ficción con los hechos reales, su forma de contarnos lo ocurrido durante la guerra civil española en la llamada carretera de la muerte, algo que sucedió para vergüenza de los dos bandos y que ha sido ocultado por ambos, supongo que no se sentirían muy orgullosos. Una masacre, el asesinato de ancianos, mujeres y niños inocentes, y que yo confieso que desconocía. 
La historia nos la cuenta una de las protagonista, Azucena ya anciana, pero además da voz a distintos personajes (algunos reales) de las dos partes, para darnos una visión global de lo ocurrido. Entre ellos un piloto de la ALI italiana que participó en el bombardeo, un miliciano republicano, un falangista del buque de guerra Canarias desde el que dispararon, un anarquista republicano, un militar profesional de la República, o una enfermera del Socorro Rojo Internacional. 
Por otro lado hay una historia de amor, celos, engaños, secretos...

La novela te atrapa desde el principio con:

Mi madre mató a Jacinto una mañana clara. Era febrero...

Azucena nos cuenta los motivos por los que ella y su madre tienen que salir huyendo de Málaga antes de que llegue el general franquista Queipo de Llano. Jacinto que trabaja en la panadería de la familia de Isabel, intenta violarla y ella al defenderse le clava un cuchillo matándolo. De una familia rica y acomodada que esperaba la entrada de los nacionales no se entendería la decisión de ponerse en camino de no ser por ese motivo. Además, Isabel está embarazada, pero su suegra le dice que no tiene otra opción para salvar la vida. Lo que no sabe Ángela es el horror que les espera en la carretera a su nuera y a su nieta.

Pero ahora tienes que marcharte. Ya puedes empezar a rezar para no ponerte de parto por el camino. Has sido estúpida y la estupidez se paga, como se pagan la ira, la desidia y la maldad. 

Miles de ancianos, mujeres y niños se pusieron en camino en una huida desesperada hacia Almería por la carretera que bordea el mar. La autora se basa en testimonios personales, algunos encontrados en Internet y utilizando una amplia bibliografía para recrear los sucesos de ese día en el conocido como el Paseo de los canadienses. En esa huida Azucena conocerá a Martina, algo mayor que ella y muy decidida. Su madre (Fernanda) ya conocía  a Isabel, los padres de Fernanda trabajaban para los de Isabel. La ayuda de las dos será vital para Azucena y su madre que contraerá una deuda con ellas. Entre las dos niñas nacerá una fuerte amistad a pesar de pertenecer a distintas clases sociales. De todas las protagonistas la que más me ha gustado es Ángela, la abuela de Azucena, por su fuerza, su coherencia y sensatez.  


Mención especial creo que merece el doctor canadiense Norman Bethune, personaje real:

Se enteró de las penurias de los españoles en su guerra y, sin pensarlo dos veces, se plantó en España para ayudar. Antes de la carretera de la muerte, estuvo en las Brigadas Internacionales organizando la ayuda médica que enviaron los canadienses. Era una persona increíble, no paró hasta que consiguió poner en marcha la primera unidad móvil de transfusiones de sangre. Eso fue en Madrid. 



Frases

Para un niño, la muerte no tiene un significado certero hasta que compruebas en tu propio corazón lo que acarrea.

La guerra se alimenta de una mentira tras otra. La paz, en España, mucho más.

No era fácil, pero era la guerra. Y las guerras son así. Si en una guerra te paras a pensar, estás jodido. Ni piensas ni sientes, solo disparas.

En cuanto algo va mal; en cuanto te falta la comida, tienes frío y te agobia la sed; en cuanto ves a alguien matar a otro, te sale lo malo. No hace falta más que sentir el miedo...

Y casi ninguno de los que la palma sabe por qué. Las razones para luchar importan poco: al final, se asesina para que no te asesinen a ti.

Uno cree que tiene razón y entonces sus orejas se cierran para los argumentos de los demás.

...el pobre muere porque no puede pagarse la vida.

Los civiles no participan en las guerras. Se nos ha olvidado a fuerza de transgredir esa ley de los derechos humanos, pero es un crimen de lesa humanidad.

Las brutalidades requieren una memoria perpetua.

Solo éramos soldados. Los soldados tienen que ver, oír y callar.

Ganaron la guerra, sí, pero perdieron todo lo demás...me refiero al honor y la decencia.

Los señoritos no nos perdonaron que sus criadas quisiéramos ser otra cosa. Orden, disciplina, sumisión al patrón, al cura, al cacique, incluso al marido, solo eso deseaban.

Aprendí entonces que el sentimiento más fuerte es el odio, mucho más incluso que el amor...

...las víctimas son las que están siempre en el bando equivocado.

Tenemos que estar orgullosos de cada tiro que se pegó en esa guerra para expulsar de nuestra patria al demonio: el comunismo, la anarquía, las hordas revolucionarias contra las que nada podía el poder claudicante. 

¿Cómo podíamos vencerlos?; Nosotros solo teníamos de nuestra parte la justicia y la razón. Pero con la razón no se mata, al contrario, generalmente se muere, porque la razón es ley, y la ley normalmente les importa poco a quienes originan una guerra. 



En El paseo de los canadienses encontraremos una novela dura y conmovedora que rescata del olvido unos hechos reales espeluznantes, pero a la vez es una historia de amor, amistad, honor y supervivencia.



              Lourdes

domingo, 29 de diciembre de 2019

NADIE DEBERÍA MATAR EN OTOÑO, JOSÉ LUIS IBÁÑEZ

Nadie debería matar en otoño 

Autor: José Luis Ibáñez 

N° de Páginas: 362 págs. 

Editorial: Espasa

Año de publicación: 2007


Género: Novela policíaca, negra 


Serie Toni Ferrer (1)





José Luis Ibáñez (Rubí, Barcelona, 1961), periodista,  guionista y redactor publicitario, ha ocupado cargos de responsabilidad en los servicios informativos de Radio España de Barcelona-Cadena Catalana  y de la agencia de televisión editMedia. Ha colaborado también en El Mundo  y Playboy.  Como guionista de ficción ha trabajado para TV3 y RTVE. Ha escrito y ha sido voz en off en programas televisivos de éxito como La cara divertida,  La parodia nacional  y Al ataque  (Antena 3), Pressing Catch (Telecinco), Sal y pimienta (FORTA), Pelillos a la mar (ETB) y Força Barça (TV3). Ha recibido el Premio Atlántida del Gremio de Editores de Cataluña por sus programas radiofónicos sobre libros y literatura.  Nadie  debería matar en otoño (2007), su primera novela, fue finalista del Premio Tigre Juan. En 2009 publicó También mueren ángeles en primavera. 


Sinopsis 

Otoño de 1936. En el margen de unos pocos días aparecen los cadáveres de tres patrulleros anarquistas. Unos días después, Toni Ferrer, detective privado barcelonés, es convocado por Juan García Oliver, dirigente anarquista y futuro ministro de Justicia, que le hace un encargo envenenado: descubrir a los asesinos, Ferrer se verá inmerso en una complicada investigación que estará a punto de costarle la vida. Tras lo que, aparentemente, es una triple represalía política, se esconde una maraña de oscuros intereses que nadie quiere destapar. Complicándole la existencia algo más, Regina, un antiguo amor, reaparece en su vida con una petición inusual y muy peligrosa. Aquel es un otoño violento y teñido de sangre. Una estación hermosa, piensa Ferrer, en la que nadie debería morir. Mejor aún, nadie debería matar en otoño.

Opinión Personal 

Nadie debería matar en otoño es una novela negra ambientada en la Barcelona de los primeros meses de la guerra civil española. Es la primera entrega de la serie protagonizada por el investigador privado Toni Ferrer

En el otoño de 1936, meses después del comienzo de la guerra civil aparecen con pocos días de diferencia los cadáveres de tres patrulleros anarquistas en la ciudad de Barcelona. Han sido torturados y no hay ninguna pista. Por eso Juan García Oliver, dirigente anarquista y futuro ministro de Justicia encarga a Toni Ferrer la investigación de los asesinatos. 

—Quiero que trabajes para mí.
Lo soltó de sopetón. Un disparo a bocajarro.
Ferrer demostró unas excepcionales dotes de actor. Ni parpadeó.
—Contratarme es muy fácil; lo único en lo que me parezco a los detectives de las películas. Es la primera vez que me ofrecen trabajo deteniéndome.
—Era la única forma de mantener este encuentro en secreto.

—Aurelio Fernández, secretario del Departamento de Seguridad —lo presentó García Oliver—. Es, conmigo, el único que conoce todos los detalles del caso.



—Para darte un mayor respaldo y autoridad te hemos nombrado investigador especial de la consellería —explicó García Oliver—. Oficialmente dependerás de él, aunque trabajarás por tu cuenta.


Insisto en lo que te dije antes: quiero saber la verdad… por fea que sea su cara.

—La verdad no es fea. Si acaso, incómoda. Y un estorbo cuando hay poder en juego.

Además de ser una novela negra (con la investigación del caso), podemos encontrarnos también con una novela histórica con una buenísima ambientación de la España de la época, con los desórdenes y el caos provocado por la guerra, con problemas de abastecimientos y bombardeos; es una zona donde mandan los republicanos; socialistas, comunistas, y anarquistas (CNT - FAI), peleados entre ellos por el mando. No hay manera de saber si las muertes de los milicianos se trata de ajuste de cuentas del propio bando o del enemigo infiltrado. O tal vez sea por otros motivos...
Mezcla personajes y hechos reales, como por ejemplo, la muerte de Durruti y la de José Antonio, ocurren en esos días y lo ha utilizado en la trama, teniendo cierto protagonismo.

Tras el bombardeo de Rosas había aumentado el temor a que el próximo objetivo de los barcos de guerra fascistas fuera Barcelona. En un ambiente tan enrarecido, se veía a espías y saboteadores por cualquier rincón y menudeaban los arrestos.

Al mismo tiempo Ferrer tiene que ayudar a Reginauna antigua clienta casada con un coronel del ejército (de ilustre apellido y contrario a la república), de la que se había enamorado y a la que no veía desde hacía cinco meses. Se encuentra bajo la protección del consulado de Cuba, ya que su madre nació en La Habana. Necesita dinero para pasarse al otro bando y quiere que Ferrer busque un comprador para una colección de monedas de oro que pertenecían a su padre.

Viajará hasta los bajos fondos y tendrá que vérselas con peristas, contrabandistas, estraperlistas, mercado negro, acaparamiento, desvío de ayuda internacional, sobornos, chivatos, torturas y asesinatos.  Durante la investigación pondrá su vida en peligro. 

Pero no estará solo, se rodeará de algunos amigos que serán de gran ayuda:
Alfred, falsificador que trabaja para la república.
Eddy con una brillante carrera de ladrón de guante blanco. El mejor del mundo, si se daba crédito a las autoridades de media Europa. Llamado también Fantômas, es un estafador y ladrón de guante blanco, (basado en un personaje real). 
La Suiza, hija de un veterano luchador anarquista, será de gran ayuda. Y también el inglés, un corresponsal de un importante periódico de Londres simpatizante con la causa.


Frases 

Si hubiesen dispuesto de algunas horas más, el rastro de aquel hombre también se habría perdido entre cientos de expedientes en los archivos del Clínico. El crimen casi perfecto habría sido perfecto del todo.

Saltaba a la vista que la mujer de la casa no tenía una vida de pareja que la satisficiera. Se necesitaría un microscopio para encontrar una sola mota de polvo en aquel minúsculo comedor. Ferrer se la imaginaba sacando brillo a las baldosas durante horas. Sublimación. Al estilo de un motor psicológico, la energía sexual insatisfecha se transformaba en energía rotatoria que accionaba el brazo; con una bayeta o un cepillo en la mano se conseguía tenerlo todo más limpio que los chorros del oro.

Poco podía hacer por ella en aquellos momentos; nada útil, en realidad. A pesar de eso, no dejaba de sentir su soledad, la soledad de las víctimas, como una puñalada en su conciencia. Estaría escondida en alguna habitación, avergonzada de que un desconocido hubiese visto su cara marcada. La víctima sintiéndose culpable. La violencia tenía aquellas extrañas paradojas.

En el fondo latía una pregunta tramposa al estilo de la del huevo y gallina: ¿qué era prioritario, hacer la revolución o ganar la guerra? Según cual fuese la respuesta, uno se alineaba con un bando o con otro. No se admitían medias tintas.

...el Transmiseriano, el tren en el que, en los años veinte, llegaron miles de almerienses y de murcianos para trabajar en las obras del metro y de la Exposición Universal. 

Para tratarse de teóricos enemigos del orden establecido, los anarcosindicalistas tenían perfectamente organizado todo aquel jaleo.

—Los socialistas boicotean a los anarquistas, los anarquistas a los socialistas y ambos a los de Esquerra y viceversa —concluyó—. Forma parte de nuestra forma secular de entender la vida pública: o conmigo o contra mí.


Si se viajaba apiñado en un transporte colectivo, convenía zarandear luego en la bañera todo lo que se vistiese para que cayeran las pulgas. Ellas y los estraperlistas, a mayor miseria, tanto mejor vivían.

—Os ha perdido la fe —le respondió Ferrer—. Para ser ateos tenéis una confianza cristiana en el ser humano. Estabais convencidos de que construyendo una sociedad más igualitaria nadie pisotearía a sus semejantes para satisfacer su egoísmo.



Hay, en el hecho de mandar, una parte de aptitud y otra de impostura. Tan importante como ser capaz es que los demás se lo crean.

Aquella era una estación para vivir y para amar, no para morir. Nadie debería morir en otoño. Mejor aún: nadie debería matar en otoño. 


Nadie debería matar en otoño es una entretenida novela negra con una ambientación histórica muy interesante.

               Lourdes

jueves, 26 de septiembre de 2019

EL IDIOMA DE LOS RECUERDOS, ANTONIO GÓMEZ RUFO

El idioma de los recuerdos 

Autor: Antonio Gómez Rufo

N° de Páginas: 384 


Editorial: Ediciones B


Año de Edición: 2019

Género: Novela Histórica 




Antonio Gómez Rufo (Madrid,  1954). Estudió Derecho y Criminología en la Universidad Complutense. Considerado uno de los mejores escritores españoles, es autor de una docena de novelas, así como de la biografía de Berlanga y de diversos libros sobre Madrid. Su obra, elogiada por la crítica española e internacional, ha sido traducida al alemán, holandés, búlgaro, portugués, francés, griego, rumano, polaco e italiano. Premio Fernando Lara de Novela y Premio Independencia Dos de Mayo por El secreto del rey cautivo (2005), fue finalista del Premio Nacional de Narrativa con El alma de los peces (2000). También es autor, entre otras, de Las lágrimas de HenanLos mares del miedo (2003, Premio de la Asociación de Libreros de Cartagena), Adiós a los hombres (2006), El señor de Cheshire (2006, Premio Ducal de Loeches), Balada triste en Madrid (2007), La noche del tamarindo (2008), La abadía de los crímenes (2011) y La camarera de Bach (2014). En 2015 ganó el Premio Valencia de Novela Negra, por Nunca te fíes de un policía que suda En 2016 ha publicado MADRID, la novela, una extensa obra sobre la historia de Madrid contada a través de la vida de tres sagas familiares desde 1565 hasta nuestros días. En 2019 ha publicado El idioma de los recuerdos.

Sinopsis

"Madrid tenía que volver a ser eterna, y a ello se entregaron todos los madrileños supervivientes; y a los que permitieron sobrevivir. Madrid, siempre épica, se convirtió en una ciudad vencida; y, tras la derrota, muchos madrileños lloraron de rabia y de impotencia. Era el tiempo del final de la guerra y los inicios de mi amor por Elena". Un hombre en el ocaso de su vida pasa un último verano frente al mar. Durante esos días de soledad, recuerda aquel otro verano en que su vida cambió para siempre: el de 1939. Fue en los meses siguientes a la entrada de las tropas nacionales en Madrid, en una ciudad derrotada que luchaba desesperadamente por abrirse de nuevo a la vida, cuando el protagonista (entonces un adolescente hermano de un alto cargo de Falange) se enamoró de la hija de un anarquista fusilado…
Esta novela es una mirada nostálgica a la Historia y a la vida, un homenaje a la Literatura con mayúsculas, y una reflexión sobre los recuerdos que regresan a nosotros cuando todo parece perdido.


Opinión Personal 

El idioma de los recuerdos tiene un principio rotundo, con lo que es imposible no meterse de lleno en la historia y querer saber lo ocurrido. Empieza con Vicente, el protagonista, un hombre de 77 años y enfermo terminal, desvelandonos que ha matado a dos personas: su propio hermano y su mejor amigo. A partir de esa confesión nos irá contando su historia, remontándose justo al final de la guerra civil española, y a los meses siguientes.


He matado a dos hombres en mi vida: a mi hermano mayor y a mi mejor amigo. Pero no siento el menor arrepentimiento por ello. Quizá debería experimentar algún tipo de culpa, pero no es así; solo ahora, a mis setenta y siete años, cuando acabo de acordarme de ellos, me ha revoloteado por la cabeza el recuerdo de aquellas escenas lejanas, sorprendiéndome. La culpa, la culpa… concepto que no forma parte de la naturaleza sino de la educación. El ser humano nació sin el sentimiento de culpa, fue algo que vino después. Por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa…: un mantra del cristianismo que busca una emoción más íntima que la idea de responsabilidad, del deber, de incumbencia.

Nos encontramos dos líneas temporales, con un mismo protagonista: Vicente. Por un lado estamos en Marbella en 1999 cuando cuenta con 77 años; por otro, su recuerdo del Madrid de la guerra y la posguerra cuando contaba 17 años. Contada la historia por él mismo, el peso de la narración es para lo ocurrido en los primeros meses después de terminada la contienda. Su recuerdo nos traslada al momento en el que con la entrada del ejército nacional en la ciudad, Julián, su hermano mayor, aparece en casa de su madre, convertido en un alto mando falangista, con cierto poder para decidir sobre la vida de los perdedores y dispuesto a ser el cabeza de familia, imponer su voluntad y adueñarse de todo. Llegará con Federico Calatrava, un amigo del frente. En esos  días Vicente se enamorará de una chica algo mayor que él, Elena, que se encuentra sola ya que su padre ha  sido fusilado por republicano. 

Con estos personajes y algunos más, como son su madre, Isabel, su abuela Rosario, y Francisco, un vecino y amigo que les ayudó durante la guerra, nos iremos enterando de lo ocurrido, las circunstancias y los motivos que llevarán a Vicente a matar a su hermano y a su amigo.

Antonio Gómez Rufo sabe hacer un relato del Madrid de la guerra  y la posguerra, de la ciudad, sus gentes y su historia. 


Madrid era una ciudad vencida, y como tal se comportaba. Sus calles, sus gentes, sus ruidos y sus silencios. Era una ciudad vencida de día y de noche, sobre todo desde que la tarde empezaba a declinar. 

Aquella ciudad viva, cosmopolita, abierta, acogedora y alegre que había sido Madrid, incluso bajo los bombardeos, se convirtió de repente en una ciudad herida de muerte. Yo no lo comprendí entonces, pero hoy lo sé con seguridad. Y, ahora que lo pienso… ¿qué fue de tantas palomas que revoloteaban por la ciudad, de tanto gato que poblaba la noche, de los perros…? Desaparecieron todos. Durante un largo tiempo no recuerdo haberlos visto por la ciudad, al menos como se les veía antaño.


El protagonista se refugia en los libros y en toda la novela hace frecuentes comentarios y cita a distintos autores y obras que han sido importantes en su vida, en un auténtico homenaje a la literatura.



Frases
He vivido mil vidas en una sola y he contemplado la descomposición de la belleza, el derrumbe de lo imponente, el desmoronamiento de lo más sólido y el desmenuzamiento de la construcción más asegurada. He asistido a ello como lo ha contemplado a lo largo de la historia generación tras generación, cuantas nos han precedido y las que nos han acompañado, y sin embargo nunca fuimos capaces de transmitir a los más jóvenes esa realidad. Nunca les dijimos que lo que tenían, fuerza, vigor, belleza, agilidad y lucidez, eran facultades y dones provisionales, efímeros, prestados, tan breves que no podían convertirlos en soportes vitales de su existencia sino que debían aprovecharse de su presencia temporal para edificar una sólida madurez con la que disfrutar hasta el fin de la existencia que les correspondiera. 

El final de una guerra no es siempre el principio de la paz; a veces es el comienzo de otra guerra más dolorosa aún: la del resentimiento, la furia, el rencor y la injusticia. El comienzo del miedo, el gran miedo. Todos los miedos.

El fin de una guerra no es el comienzo de la paz, sino el nacimiento del miedo. Solo los inconscientes, los tiranos, los descamisados y los pistoleros disfrutan de los finales bélicos porque coinciden con el inicio de sus fechorías. A mi hermano Julián le pasó.

La salud es como el agua de la charca que termina evaporándose con la llegada de la época del calor, la bebida del estío insaciable que la absorbe y deja la tierra cuarteada, yerma, desnuda, sedienta. La salud es la antesala de la pérdida. Algo destinado a desmenuzarse, resquebrajarse, pudrirse. Y uno de sus pilares, la memoria, es esa parte de la salud que se desagua palabra a palabra, recuerdo a recuerdo, rostro a rostro, nombre a nombre.

Tenía diecisiete años, a punto de cumplir los dieciocho, y a la vida le dio por revolverse y me convirtió en hombre. Elena despertó mi pasión romántica, Calatrava fomentó mi gusto por saborear la vida sin echar cuentas y mi hermano me mostró el camino de la crueldad sin arrepentimiento. Él aseguraba que ser cruel no era perverso cuando se ejercía en nombre de ideales altos, asegurando que los suyos, los nuestros, los de los vencedores, eran esos ideales sublimes. Y que yo tenía que participar en defenderlos y ensalzarlos a cualquier precio, aunque los cobardes, los vencidos, lo consideraran crueldad, exceso o impiedad.


Mi hermano repetía frases como un papagayo con la lección aprendida, era un vocero de la cultura que afirmaba aquello de «muerte a la inteligencia» y no dudaba en asegurar que hasta que no fusilaran a todos los intelectuales, fueran filósofos, escritores, profesores o artistas, no se lograría edificar el único Estado nacional salvador de la patria, de la religión católica y de los sagrados ideales del imperio.

No es de extrañar, por eso, que mi hermano me criticara por leer tanto, quizá considerándome parte de esa «intelectualidad» a la que él, y los suyos, tanto odiaban. Pobre de mí; intelectual… ¡Si yo era de una ignorancia superlativa! Y si no hubiera sido por los libros que había leído, y los que seguía leyendo despacio para entenderlos bien (hay que leer como beben agua los pájaros: una mirada al papel y luego levantar la cabeza para digerir lo leído, decía Tierno Galván).

Madrid, la ciudad herida, asediada, bombardeada, rendida (que no tomada) entregó lo que era porque había dejado de ser el último reducto de la República de España. Una ciudad en reconstrucción para volver a ser lo que siempre fue y le habían robado. Madrid tenía que volver a ser eterna, y a ello se entregaron todos los madrileños supervivientes; y a los que permitieron sobrevivir.


Cuando termina una guerra civil, en realidad no acaba. Empieza otra, mucho más repugnante, la del ajuste de cuentas, la represalia, la limpieza social y la depuración individual. Una guerra civil, como la española, ha tardado décadas en firmar el armisticio, suponiendo que haya llegado a firmarse y a dejar de helar el corazón, como y advertía Antonio Machado, al españolito que viene al mundo.

...cuatro días después de haberse instalado en el Palacio de El Pardo, el general Franco anunció su gran proyecto del que sería conocido como el Valle de los Caídos. Y allí en plena sierra de Guadarrama se levantó una enorme cruz de 200 metros de alto, para que fuera visible para todos los viajeros. El 1 de abril de 1940, primer aniversario de la victoria, se promulgó el decreto por el que se erigía este monumento a los caídos del bando nacional. Fue leído por el coronel Valentín Galarza, subsecretario de la Presidencia del gobierno, en el mismo lugar en que se iba a construir, ante los miembros del gobierno, jefes de Falange, generales y cuerpo diplomático que habían acudido allí encabezados por el general Franco después del desfile de la Victoria.

...la vida dura lo que dura un parpadeo, y encima pretendemos llenarla de esencia de inmortalidad.

El idioma de los recuerdos es más que una buena novela que recrea unos episodios de la historia de España. Es una novela sobre Madrid, de una época, de lucha y de supervivencia, de las injusticias de la guerra y la posguerra, además de una historia de amor y superación que  te atrapa desde el principio. 


           Lourdes 

jueves, 29 de agosto de 2019

EVA, ARTURO PÉREZ REVERTE

Eva

Autor: Arturo Pérez Reverte 

N° de Páginas: 400 págs 

Editorial:  Alfaguara 

Año de publicación: 2017


Género: Novela negra, histórica, aventuras 


Serie Falcó (2)






Arturo Pérez Reverte (Cartagena, España, 25 de noviembre de 1951) es un escritor y periodista español, miembro de la Real Academia Española desde 2003. Antiguo corresponsal de RTVE y reportero destacado en diversos conflictos armados y guerras, es el autor, entre otras, de la saga Las aventuras del capitán AlatristeDesde Junio de 1993 escribe una columna en el suplemento dominical del grupo Vocento (El Semanal, ahora XL Semanal), llamada Patente de CorsoIngresó​ en la Real Academia Española el 12 de junio de 2003, para ocupar el sillón T, y fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad Politécnica de Cartagena, el primero otorgado por ese establecimiento de educación superior, el 18 de febrero de 2004.
La primera novela que publicó fue El Húsar (1986). Después ha publicado entre otras El maestro de esgrima (1988), La tabla de Flandes (1990), El club Dumas (1993), La sombra del aguila (1993), La piel del tambor (1995), La carta esférica (2000), La reina del sur (2002), El pintor de batallas (2006), El Asedio (2010), El francotirador paciente (2013), Hombres buenos (2015), Los perros duros no bailan (2018), en 1996 comenzó la serie de novelas de Las aventuras del Capitán Alatriste que en la actualidad costa de 7 entregas y con Falcó (2016) (Reseña aquí)Eva (2017) y Sabotaje (2018), ha comenzado la serie FalcóAlgunas de sus novelas han sido adaptadas al cine. El relato corto Ojos azules (2009) se puede encontrar en el blog  (Aquí)


Sinopsis
Marzo de 1937. Mientras la Guerra Civil sigue su trágico curso, una nueva misión lleva a Lorenzo Falcó hasta Tánger, turbulenta encrucijada de espías, tráficos ilícitos y conspiraciones, con el encargo de conseguir que el capitán de un barco cargado con oro del Banco de España cambie de bandera. Espías nacionales, republicanos y soviéticos, hombres y mujeres, se enfrentan en una guerra oscura y sucia en la que acabarán regresando peligrosos fantasmas del pasado.

Opinión Personal 
Eva es la segunda entrega de la serie Falcó. Suele ser aconsejable leer por orden las series, aunque son casos independientes, se entienden mejor siguiendo el orden. 

Nos encontramos en plena guerra civil, en el año 1937. En ésta ocasión su superior le manda de misión a Tánger, allí se encuentra un barco republicano que lleva parte del llamado oro de Moscú. En esa fascinante ciudad gobernada por gobiernos extranjeros con población marroquí y extranjera a partes iguales y con todo tipo de espías españoles y extranjeros de todos los bandos. Allí se cruzará, no podía  ser de otra manera, con espías republicanos y soviéticos, y entre ellos se encontrará Eva, que en esta ocasión se hace llamar llamar Eva Neretva.
Para ayudar a Falcó en su misión, entre otros, aparecerá su amigo y compañero en otras misiones, Paquito Araña. La misión encomendada es recuperar los más de 30.000 kilos de oro que se encuentran en el barco republicano Mount Castle, que espera poder zarpar hacia Odessa, en la Unión Soviética. Cerca de él,  en el mismo puerto, se encuentra el destructor de  los  nacionales, Martín Álvarez, preparado para detenerlo en cuanto abandone el puerto y entre en aguas internacionales. 
Entre los espías del bando republicano nos reencontramos con Eva Rengel o Eva Neretva, a la que ya conocimos en Falcó, el primer libro de la serie y conocemos la atracción y la relación que hay entre ellos. Como no podía ser de otra forma tendremos enfrentamientos entre ellos y encuentros de todo tipo. También habrá asesinatos, peleas, torturas, navajazos,  tiros, negociaciones, citas clandestinas, mensajes cifrados... Será importante el papel que representarán los dos capitanes de los dos barcos rivales.

Eva es una nueva aventura de Lorenzo Falcó, espía fascista, aventurero, cínico, canalla, mujeriego, valiente y políticamente incorrecto mercenario creado por Arturo Pérez Reverte que como siempre sabe entrelazar a la perfección realidad y ficción.


Frases
—Éste es mi hombre. Ya le hablé de él en Salamanca.
El Almirante se había dirigido a Ferriol. Ambos miraban a Falcó.
—Y me dijo que es fiable —dijo el financiero.
—Por completo, aunque a su manera.
—Que usted responde de su eficacia.
—Absolutamente.
—Y que tiene mundo.
—Sí... Nada que ver con esos rascapuertas que tanto se prodigan en estos tiempos —miraba el Almirante a Falcó con gesto crítico, como si lo estuviera insultando. Conoce por su nombre a los conserjes, barmans y croupiers de los mejores hoteles  y casinos de Europa y el Mediterráneo Oriental... Es un chico de buena familia en versión descarriada. 
— Conozco el género. 


—¿Siempre es así de insolente?
—Tiene virtudes que lo compensan.
—Tranquilíceme. Dígame alguna.
El Almirante lo pensó un segundo.
—El encanto es su segunda naturaleza.
—¿Y la primera?
—Es leal.
—¿A quién?
—A él mismo. Y a mí.
—¿Por ese orden?
—Por ése... Pero hay espacio suficiente para ambas lealtades.



—Es que ésos fusilan sin método, Almirante. Al buen tuntún. No como nosotros, que ponemos sacerdotes para salvar las almas.


Nunca lo habían engañado antes, recordó absorto. Nunca una mujer, y nunca de esa manera. Eva Neretva, alias Eva Rengel, alias sabía Dios qué. Se había revelado maestra indiscutible en el juego turbio, arriesgado, que jugaban ambos. Con su frialdad tan soviética. Casi inhumana.


—No vigilo a mis hombres —un destello de recelo había pasado por los ojos de Navia—. Soy su comandante, no un policía. Los que desertaron lo hicieron por sus ideas o por reunirse con sus familias en zona roja... Cada cual tiene motivos para hacer lo que hace o deja de hacer.
—Muy loable. Pero otros no lo verían con esa ecuanimidad.
—Otros no están al mando de mi barco.


Siempre son más transparentes los héroes que los canallas. Los he visto pasar muchas veces camino del olvido o del cementerio, sin dejar atrás más que un redoble de tambores que sólo escuchan ellos.

Y con aquel episodio aprendió una lección que iba a serle útil durante el resto de su vida: en la duda, madrugarle al otro. Mejor era un por si acaso que un quién lo hubiera pensado.

—Sólo los idiotas y los débiles ocultan el hedor de la vida con perfumes

Estaba furioso consigo mismo. Nunca seas tan estúpido en el campo de operaciones, pensaba. No como esta noche, o no de este modo. Porque los descuidos matan y los descuidados mueren.


—En este oficio no se hacen prisioneros.



Para Falcó, peligro era una palabra con interesantes sinónimos. Nada lo estimulaba tanto como sentirse inmerso en él, utilizando para sobrevivir las mejores facultades propias: carácter, instinto y adiestramiento. Nada tan satisfactorio, tan incitante, como que lo quisieran matar y no pudieran.


En otras guerras se mata, desde luego; pero en ésta se asesina. Lo hacemos tanto los de un lado como los del otro, y el verdugo puede convertirse en víctima en un abrir y cerrar de ojos. O a la inversa. Por eso resulta una guerra tan adecuada para nosotros los españoles, y en especial para ti. Es perfecta para criminales sin conciencia, sin decencia y sin gloria.

Caminaba solo a través de un mundo vacío.

En Eva nos reencontramos con Falcó, viajamos al Tánger  de 1937 y viviremos una nueva y entretenida aventura de espías en la que se mezclan realidad y ficción.

            Lourdes 


sábado, 25 de mayo de 2019

EL CABO DEL MUNDO, DE XABIER QUIROGA

El cabo del mundo

Autor: Xabier Quiroga

Nº de Páginas: 408 págs.

Editorial: Ediciones B

Año de Publicación: 2018

Género: Novela Negra




Xabier Quiroga nació en Escairón (Lugo, 1961), se licenció en Filología Galaico-Portuguesa y Filología Hispánica por la Universidad de Santiago de Compostela.  Actualmente es profesor de Lengua y Literatura Gallega. Es uno de los autores más representativos y leídos de la poderosa narrativa gallega actual. En su original obra sobresale el intento de interpretar la realidad de su país y de sus gentes partiendo de la historia más reciente, así como una búsqueda de lo esencial del ser humano.

Ha publicado en lengua gallega, siempre con gran éxito, las novelas Atuado na braña (2002), Era por setembro (2004), Se buscabas un deus (2006), Zapatillas rotas (2014) e Izan o da saca (2015).
En 2017 publicó La casa del nazi que además de tener una gran acogida por parte de los lectores, fue ensalzada por la crítica, finalista del Premio Gala do Libro Galego y obtuvo el Premio Arzobispo de san Clemente a la mejor novela. En 2018 publicó en castellano El cabo del mundo, su novela más prestigiosa (escrita en 2009 en gallego), y que fue galardonada con el Premio de la Crítica en Galicia.

Sinopsis
¿Qué harías si no te quedase nada de vida? Esta es la pregunta que se dispone a responder el profesor Carlos Pereiro, protagonista de esta historia, cuando su médico le dice que le faltan pocos meses para morir. Comienza así una búsqueda centrada en dos temas del pasado: la mujer que siempre amó y el oscuro pasado de su padre, que le llevará hasta los siniestros asesinatos de las Brigadas del Amanecer en la Ribeira Sacra durante los años más duros de la represión franquista. Partiendo de una minuciosa investigación histórica, uniendo realidad y ficción, atesorando un enorme talento narrativo y una prosa envolvente, Xabier Quiroga firma una novela memorable que nos traslada a un sugestivo espacio literario en la Galicia profunda donde memoria e identidad se confunden: el Cabo do Mundo. 
Una gran novela galardonada con el Premio de la Crítica en Galicia que rescata uno de los episodios más siniestros y desconocidos del franquismo.


Opinión Personal
El protagonista, Carlos Pereiro (Charly) de 47 años, profesor y escritor de varias novelas, nos cuenta su historia. Le acaban de diagnosticar un cáncer y al saber que le queda poco tiempo de vida toma la decisión de buscar respuesta a dos preguntas que le rondan la cabeza desde hace tiempo: 

Tratar de resolver dos dudas que me han atormentado y que no dependen de mí...
Una saber si mi padre era o no un asesino...
¿Y la otra duda?...
Saber si la mujer que siempre he amado me ama también o alguna vez me amó. (Páginas 139-140)

Por un lado, quiere averiguar que tuvo que ver su padre, Serafín Pereira, (el Hurón), con las brigadas del amanecer que actuaron con total impunidad en la Riviera Sacra (en concreto las que actuaron en El cabo del Mundo), durante la guerra civil. Hace algunos años durante el entierro de su padre, en el cementerio un hombre gritó: ¡Adios asesino! 
Y por otra parte quiere saber si Ana, el amor de su vida, a la que siempre ha querido y que se casó con Evaristo Moreiras (hijo de un fascista terrateniente de la zona), le quiso alguna vez.

Durante la investigación encontrará poca documentación de lo ocurrido, y tampoco contará con mucha colaboración por parte de las gentes de la zona; parece que tienen miedo a recordar y a hablar. Su madre (Doña Carlota) tampoco colaborará mucho. Aún así descubrirá cosas que no podía sospechar de su madre y de su familia. 

Buscando información de lo que les pasó al inicio de la guerra civil en el cabo do mundo Pepe del Mazaira, a su esposa Estrella que estaba embarazada, y a su hija pequeña, conocerá a un hombre muy peculiar que entonces era un crío y que puede saber lo ocurrido. Así pasará unos días en medio de la naturaleza con Gumersindo,  que vive en una cabaña pequeña, comiendo lo que caza o lo que pesca en el río. A pesar de que la novela trata un tema serio, reconozco que me he reído con este personaje y alguna situación cómica que se produce. 

También es muy particular, un taxista, Pepe, alias Reinaesmirriado individuo de edad indefinida y barba rala,  que se ofrece para ayudarlo. Todo un personaje, muy peliculero y con unos métodos aprendidos en las novelas. Su aparición será muy oportuna y su ayuda vital en la investigación. 

En la nota final, Xabier Quiroga nos comenta que la novela es un tributo a un amigo que se fue, que recopiló un montón de archivos y papeles que había escrito y se los entregó para que los organizara y diera forma de novela: porque las novelas son eso, historia pura y dura, su historia. De ella y de lo sucedido en el año 36 ya nadie se podrá librar, ni siquiera la más recatada y persistente memoria.

Frases
Los hechos que no se recuerdan es como si no hubiesen sucedido. (Página 12)

Piensa que para ellos era la guerra y todo estaba permitido, incluso lo más atroz, lo que hoy para nosotros parece no tener ningún sentido. Así que, después, tuvieron que ocultarlo y callarlo. (Página 95)

Piensa que cada nueva lápida que se coloca en una tumba es una losa que se le pone a la memoria. (Página 102)

Daba igual lo que hubiese hecho el día anterior, poco importaba que hubiese amenazado a los derechistas o se hubiese subido a la camioneta, porque esa cuadrilla, y en esto podía poner la mano en el fuego, tenía otros motivos para estar allí. (Página. 229)

...-para la culpa, ahora lo sé, nunca hay remedio-...(Página 243)

Una novela sin miga, sin enjundia, para un lector espabilado es como un trozo de pan solo con corteza. Se la tragará el hambriento o el ocioso, únicamente. Pero, ojo, que tener una buena historia tampoco implica que sea novela, sobre todo si no está bien amasada, fermentada y armada. De ahí que haya tantos escritores y tan pocos novelistas. (Página 310)

No figura en ninguna historia, nadie lo escribió porque nadie escribe las historias de los pobres de las aldeas, pero sucedió así. (Página 323)


En El cabo del Mundo  Xabier Quiroga nos cuenta una historia basada en hechos reales acaecidos en el inicio de la guerra civil española, con asesinatos, intrigas, misterios y secretos, una novela entretenida, interesante y que se lee muy bien.

                     Lourdes