Autor: Miguel Delibes
Nº de páginas: 352
Editorial: Destino
Año de publicación: 1987
Género: Narrativa contemporánea
Miguel Delibes (Valladolid, 17 de octubre de 1920 - 13 de marzo de 2010), licenciado en Comercio comenzó su carrera como dibujante de caricatura, columnista y posterior periodista de El Norte de Castilla, diario que llegó a dirigir para pasar de forma gradual a dedicarse enteramente a la novela. En su obra se refleja que es un gran apasionado de la caza, gran conocedor del campo y del mundo rural; escribió además de novelas, relatos, libros de viajes, libros de caza, ensayos y artículos. Se dio a conocer como novelista con La sombra del ciprés es alargada, Premio Nadal 1947. Entre su vasta obra narrativa destacan, El camino (1950), Mi idolatrado hijo Sisí (1953), Diario de un cazador (1955, Premio Nacional de Literatura), Diario de un emigrante (1958), La hoja roja (1959, Premio de la Fundación Juan March), Las ratas (1962, Premio de la Crítica), Cinco horas con Mario (1966), Las guerras de nuestros antepasados (1975), El disputado voto del señor Cayo (1978), Los santos inocentes (1981), Madera de héroe (1987, Premio Ciudad de Barcelona), Señora de rojo sobre fondo gris (1991) o El hereje (1998, Premio Nacional de Literatura). Fue galardonado además con el Premio Cervantes de Literatura (1993). Desde 1973 era miembro de la Real Academia Española.
Sinopsis
Nunca un escritor castellano ha dado prueba de mayor madurez intelectual y de sabio manejo de la lengua como Miguel Delibes en esta novela que marca, seguramente, la cumbre de su carrera de narrador. Miguel Delibes estaba obligado a escribir este libro. Él y los adolescentes de su generación se encontraron en 1936 ante el trágico episodio de la Guerra Civil, que los marcó para siempre. La guerra —dice uno de los personajes— es una emboscada, porque, de hecho, buena parte de los españoles se vieron inmersos en ella sin saber cómo. Gervasio, el protagonista, va para héroe, y otro personaje asumirá el papel de traidor, pero la frontera entre el heroísmo y la traición es tenue, inconsútil, vaga. ¿Es la causa la que hace al héroe o es el héroe quien dignifica la causa? Este libro no es una novela sobre la Guerra Civil —empresa que Delibes cree imposible—, sino la crónica de unos personajes que se ven envueltos en ella «cuando se arma la gorda». Con mano maestra, Miguel Delibes, nos presenta a papá León, el viejo carlista, Gervasio y sus amigos, mamá Zita, papá Telmo, la señora Zoa, los dos tíos gemelos, el Anselmo Llorente, el cabo Pita, unos curas y tantos otros personajes empingorotados, tiernos, pintorescos, inteligentes o zafios que abrirán, sin saber cómo ni por qué, la puerta de la sanguinaria tragedia.
Opinión personal
Me pareció buena idea el reto que propuso Ful Navalón del blog 1000 y un libros y reseñas de homenajear a Miguel Delibes por el centenario de su nacimiento. El reto consistía en leer dos de sus novelas y casualmente había dos novelas suyas que quería leer desde hacía tiempo, la primera era Madera de héroe y la otra es El hereje que espero no tardar mucho en leer.
Madera de héroe es una novela que le costó mucho escribir según comenta en la introducción.
...me ocupó tres años su redacción y fue mi novela más elaborada y compleja hasta ese momento, sobre todo por su larga galería de personajes.
Transcurrieron cuarenta y ocho años desde el final de la guerra civil española hasta que decidió publicar Madera de héroe.
Escribir esa novela era algo que de alguna manera Miguel Delibes sentía que se lo debía a toda esa generación, la suya, que siendo adolescentes se vieron envueltos en ella.
Y vuelvo a repetir lo que ya dije cuando se publicó el libro: no es Madera de héroe una novela sobre la guerra civil, sino de seres humanos, de una u otra ideología, que la sufrieron y fueron todos, sin excepción, sus víctimas. Por ejemplo, aquellos muchachos —mis amigos y yo— que jugábamos a las cartas en una buhardilla de la calle Colmenares de Valladolid, y que un día, ilusionados y sin duda confundidos, decidieron alistarse voluntarios en la Armada.
Gervasio García de la Lastra, el protagonista vive con su familia en el viejo palacio del conde de Pradoluengo. Siendo niño tenía mucho contacto con su abuelo, al que llama "papá León", un viejo carlista que le cuenta muchas historias de la guerra mientras pone en el gramófono marchas militares. Un día ocurre algo sorprendente:
—Mira —dijo con voz húmeda.
Don León de la Lastra aproximó sus lentes de présbita al antebrazo del pequeño y observó estupefacto cómo los minúsculos pelitos rubios que lo recubrían iban erizándose uno a uno, como tropilla que se yergue al toque de llamada, y la piel se escarapelaba, como alón de pollo:
—Pero… pero ¡se te ha puesto carne de gallina!
Comentado el asunto con el resto de la familia, tanto el abuelo como su tío Felipe Neri, comandante de caballería llegan a la conclusión de que Gervasio ha nacido para ser un héroe. Su padre, Telmo García, medico, y su tío Vidal, hermano de su madre no le dan ninguna importancia al asunto. Se trata de un caso de hiperestesia, una excesiva sensibilidad, pero cada vez que escucha marchas militares y sufre otro episodio de esos que ellos llaman repeluzno o crispadura, su tío el comandante lo apunta todo en un cuaderno. Así el mismo Gervasio termina creyendo que ha nacido para ser un héroe y haciéndose una idea equivocada de lo que es el heroísmo.
...hay ocasiones en la vida en que la frontera entre el heroísmo y la traición es tan tenue como un papel de fumar.
—Pero ¿es que se puede ser héroe y traidor al mismo tiempo, tío?
—Bien, quizás seas aún muy niño para comprenderlo, pero puede llegar a producirse esa aparente contradicción que dices: ser héroe para unos y traidor para otros, según se considere el gesto desde un lado o desde el otro —aclaró el tío Felipe Neri. Y agregó en un débil tono de voz—: De hecho, la historia del mundo está llena de esos contrasentidos.
Las veladas que la familia mantenía los sábados giraban en torno a la política del momento, en ellas se apreciaban las distintas ideas y puntos de vista:
Por ejemplo, lo que para papá Telmo era "el dictador", se convertía en "el general" para tío Felipe Neri, en "Primo" para tío Vidal, y en "el marqués de Estella" para tía Macrina y Crucita, matizaciones que era preciso retener para no extraviarse en el laberinto.
...el español, con tal de no trabajar, era capaz de descubrir América o atravesar el Atlántico en una lata de sardinas, «la cuestión era no dar golpe»
...replicó escandalizado que eso no, que España no fabricaría aeroplanos pero sí valientes para tripularlos...
Cuando empieza la guerra civil española sus amigos y él se alistaran en la Armada, y allí en la guerra aprenderá que Héroes hay en los dos bandos; y que una misma acción te puede hacer ser héroe o traidor según el lado en el que estés y los ojos que la juzguen.
Frases
...los verdaderos héroes eran los anónimos, los que ofrendaban su sangre por una causa, sin alardear de ello ni buscar una recompensa.
—Las cobardes conductas de los rufianes no menoscaban las acciones excelsas.
—No ignoro que la guerra es dura, incluso cruel, pero desde el momento en que demos entrada al sentimiento podemos perderla.
Madera de héroe no es una novela sobre la guerra, es una novela sobre las personas que la sufrieron, en especial los jóvenes independientemente de su ideología que se vieron envueltos en ella. Y con una gran moraleja final.
Lourdes
Hola
ResponderEliminarDe la guerra civil de España no he leído mucho así que no lo descarto.
Gracias por seguirme, ya te sigo de vuelta.
Hola.
ResponderEliminarEste libro lo voy a dejar pasar, no me llama mucho y ademas no es un genero que suela leer. Gracias por la reseña.
Nos leemos.