Todas las mujeres son peligrosas
Serie Bellón (2)
Autor: Julián Ibáñez
Nº de páginas: 216
Editorial: Cuadernos del Laberinto
Año de publicación: 2015
Género: Novela negra
Julián Ibáñez (Santander, 1940). Considerado uno de los padres de la novela negra española junto a Andreu Martín y Juan Madrid.
Autor de culto para los mejores aficionados al género negro, quienes admiran sus personajes, tallados con cincel, versiones del mismo tipo duro y patético que no se preocupa más que del presente, y para cuyo retrato siguió el consejo de Chandler:"analiza e imita".
Entre otras distinciones, ganó en 2009 el prestigioso Premio L´H Confidencial con El baile ha terminado, en el 2015 le fue concedido el Premio Novelpol Honorífico por toda su obra, en el 2016 se alzó con el Premio de Novela Pata Negra Universidad de Salamanca, y en el 2017 fue I Premio Castelló Negre. Además ha sido miembro del jurado del Premio Hammett.
Entre sus novelas de género negro destacan: La triple dama (1980), Mi nombre es Novoa (1986), ¿A ti dónde te entierro, hermano? (1994), Entre trago y trago (2001), La miel y el cuchillo (2003), Que siga el baile (2006), El invierno oscuro (2008), Perro vagabundo (2009), Giley (2010), El viejo muere, la niña vive (2014, primera novela de la serie Bellón), Todas las mujeres son peligrosas (2015), Gatas salvajes (2015), Camino (2016), La pelirrojas no se arrojan al vacío (2016), El matón que engañaban a las mujeres (2017), Violentamente pelirroja (2018) o La catequista (2018). En Todo Bellón (2017) se han reunido las 8 primeras novelas de Bellón.
Sinopsis
A veces tratar de corregir un error es el mayor de los errores; sobre todo si lo que nos mueve es conseguir a una mujer, una mala mujer. Por algo muerte se escribe en femenino.
Bellón trabaja como encargado de la seguridad en un club de postín, donde los jugadores piden cartas y empujan los billetes acariciando la cabeza de una chica debajo de la mesa. Cuando una de ellas es agredida, Bellón es despedido y Saritos, la gerente del club, pone en entredicho su valía. Pero Bellón no puede dejar que el asunto quede así. Se juega el poco orgullo profesional que le queda y la posibilidad de seguir soñando con seducir a Saritos. Comienza entonces la búsqueda del agresor en la que Bellón irá descubriendo que nada es lo que parece, que el ser humano empeora en las distancias cortas y que la muerte sigue esperando que la saquen a bailar.
Segunda entrega de la seríe de Bellón donde el protagonista va de aquí para allá ganándose la vida como puede. Su pasado se borra cuando pega la oreja a la almohada, y todo vuelve a empezar cuando sus pies se meten en los zapatos cada mañana. Es la vida la que le busca y él se deja llevar. Quién sabe, la vida es caprichosa. Quizás algún día, Saritos, al verle aparecer en la puerta del club, corra al mueble bar a echar hielo en dos vasos.
Opinión Personal
No conocía a Julián Ibáñez y he podido leer Todas las mujeres son peligrosas gracias a Masa Crítica y a la editorial Cuadernos del Laberinto. No sabía que se trataba de la segunda novela de una serie hasta que no tuve el libro, aunque me gusta leer las sagas o las series por orden he podido seguir la historia bastante bien.
El personaje principal es Bellón. No es ni policía, ni detective privado. Trabaja de encargado de la seguridad en un club de Madrid, el Queen´s. Un cliente además de pegar a Virginia, una de las chicas que trabaja allí, también se ha ido sin pagar una cantidad importante de dinero. Todo ha ocurrido sin que él se enterara de nada y Saritos, la gerente del local le dice que no vuelva por allí. Para quedar bien y recuperar su empleo perdido decide investigar e intentar cobrar lo que dejó a deber el cliente. Además tiene fantasías con Saritos y piensa que si soluciona el caso la tendrá rendida a sus pies.
Qué habría sucedido si mis bolsillos hubieran estado rebosantes de billetes. Nada, no habría sucedido nada porque no era suficiente, se necesita algo más, bastante más, para sentarse en su regazo... La veía como una montaña muy elevada, de un tono azul oscuro, no sabía por qué de ese color, daba vueltas a su alrededor buscando por dónde escalarla empleando solo las manos, pero nunca encontraba por dónde empezar, el pequeño saliente donde aferrarme, porque era una montaña cerrada, sólida, hermética. A medida que me acercaba me iba sintiendo más pequeño, quizás porque ella aumentaba de tamaño.
Bellón además de investigar tendrá que ganarse la vida como puede, haciendo de acompañante o matón, para sacarse algún que otro billete. Pasará por los bajos fondos de la ciudad, clubs de alterne, casas de apuestas, carreras de galgos, prostitutas...
Va buscando alguna pista que le lleve al hombre misterioso, al que vio un momento y del que solo sabe que lo había llevado allí un cliente habitual. Tirará de ese hilo hasta dar con él. Y eso que desde el primer momento se encuentra con las mentiras y contradicciones de Saritos y Virginia, como si no quisieran que se resolviera el asunto o como si ambas tuvieran cosas que ocultar. Con la sensación continua de que le están engañando se moverá más que nada por intuición y dando palos de ciego.
También es el confidente de Azucena, una policía a la que le cuenta cosas que oye por ahí y alguna que otra invención. Todo un personaje Bellón: un superviviente que se busca la vida como puede con todo tipo de trapicheos, que sobrevive rascando de aquí y de allí unos pocos euros con los que ir tirando. Poniendo el oído y hablando con todo tipo de personajes de la noche, de negocios sucios, prostitución, apuestas legales e ilegales... Pero con el que no he terminado de conectar. Aunque tiene a su favor muchas cosas no puedo con alguien que pega a una mujer. No sé muy bien la relación que tiene con Emilia, se acuesta en su cama, pero solo duermen; no parece que hablen, y hay una clara falta de comunicación; cuando ella se enfada porque le ha cogido dinero del monedero recibe por respuesta un bofetón.
De los personajes femeninos puedo decir que son todos un poco oscuros y opacos, todos parecen esconder o callar algo. Lo que crea una atmósfera misteriosa y de suspense. Empezando por Saritos, la gerente del club que parece querer manipular a su antojo a Bellón, no sé sabe si quiere que investigue o no. Tampoco Virginia la víctima de la agresión dice la verdad, no sabemos los motivos por los que no dice todo lo que sabe. Y Azucena la policía, utiliza a Bellón como confidente pero no sabemos hasta que punto se cree lo que le cuenta o si le sirve de algo.
Por todo esto no es extraño que él se sienta algunas veces como si estuviera en peligro, como si al investigar lo ocurrido su vida estuviera en peligro:
Mis pies estaban puestos sobre una pequeña roca en medio del océano. Las aletas daban vueltas alrededor esperando que me fallaran las fuerzas. No podía quedarme dormido, no podía darme un chapuzón, no podía cantar ni saltar sobre una pierna. Solo aquellas aletas cortando el agua y Bellón esperando que le confundieran con un trozo de roca y se largaran.
El final no queda claro (al menos para mí), me hubiera gustado algo más concreto y determinante. No es un final feliz donde todo acaba bien y se hace justicia, es un final que sorprende, de novela negra y con mujeres fatales (al menos para Bellón, que tiene fantasías con ellas).
Todas las mujeres son peligrosas es una novela negra con todos los ingredientes del género negro que nos llevará a los bajos fondos de Madrid, que se lee rápido y que te deja con ganas de saber más del protagonista.
Lourdes