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sábado, 18 de julio de 2020

ESTO TE VA A DOLER, ADAM KAY

Esto te va a doler

Autor: Adam Kay

Nº de páginas: 288

Editorial: Planeta

Año de publicación: 2018

Género: Medicina, biografía, memorias



foto Amazon
Adam Kay estudió Medicina por consejo paterno y falta de iniciativa. Se licenció e hizo sus cinco años de prácticas en la sanidad pública inglesa. Finalmente, colgó la bata y se buscó la vida persiguiendo su sueño de ser humorista y guionista de televisión. Ha trabajado en las series Mitchell & Webb y Very British Problems, inéditas aún en España. Este es su primer libro y actualmente se encuentra trabajando en la adaptación a televisión. 

Sinopsis 
Bienvenido al estimulante trabajo de médico: 97 horas a la semana y disponibilidad los 365 días del año. Bienvenido a un sunami de fluidos corporales compensados por unos ingresos económicos inferiores a los de un parquímetro. Di adiós a tus relaciones familiares, amorosas y a tus amistades. Bienvenido a tu vida como médico en prácticas.

Tras cinco años sin ejercer la medicina y dedicado a escribir series de comedia para televisión, Kay recibe un aviso del colegio de médicos comunicándole que le van a quitar la licencia. Aprovecha entonces para rescatar sus diarios de médico en prácticas y hacer un repaso a sus años en la sanidad pública.

El resultado es un tronchante diario no exento del mejor humor negro, lleno de anécdotas e historias protagonizadas por médicos, pacientes y administrativos asqueados y hartos. Una mirada irónica y desmitificadora de la vida en los hospitales que ha sido un fenómeno en Reino Unido y que pronto se convertirá en serie.

EL LIBRO DEL AÑO EN REINO UNIDO

«Hilarante y desgarrador a partes iguales.» The Times

«Tan divertido como políticamente incorrecto.» The Independent

Opinión Personal
Esto te va a doler es un libro autobiográfico en el que Adam Kay cuenta como si fuera un diario sus experiencias ejerciendo la medicina. Durante 4 años estuvo de residente primero, y luego 2 más de adjunto hasta que decidió dejar su trabajo como médico del Sistema Nacional de Salud de Gran Bretaña (NHS). De una familia de médicos estudiar medicina parecía una obligación aunque él hubiera querido dedicarse al humor. En la actualidad se dedica a escribir guiones para series de humor de televisión, al final ha hecho realidad su sueño. En sus años de médico, de agosto de 2004 a diciembre de 2010 llevaba un diario, un día decidió darle forma de libro y dar a conocer la realidad de la profesión: con sus jornadas laborales brutales de 12 horas, las tensiones, el estrés, la penosa burocracia, lo difícil que es mantener una relación estable con un trabajo que exige tanta dedicación, con cambios constantes cada año de hospital y de ciudad. También pone un toque de humor con las anécdotas de pacientes y médicos. Al llegar a residente de segundo año es cuando eligen especialidad:

Yo escogí obstetricia y ginecología, o «mocosos y coños», que es como la llamaban simpáticamente en mi facultad de Medicina.


Tiene anécdotas de todo tipo, las hay que tienen gracia y otras que no, incluso las hay de mal gusto. Tal vez sea por la especialidad que eligió de ginecología y obstetricia, como mujer y madre que soy me da la impresión que le falta un poco de sensibilidad y tacto al tratar ciertos temas. 
Es un libro para leer a ratos y no todo de un tirón. Puede cansar un poco. Es una crítica al sistema nacional de salud de su país, las condiciones en las que tienen que trabajar, la presión, la gran cantidad de pacientes, las largas jornadas, los continuos cambios de hospital, compañeros y ciudad que tienen que hacer durante los años de residencia... 


Frases

Para mí, el verdadero milagro del nacimiento es que personas inteligentes y racionales con empleos y derecho a voto miren esas masas de carne medio derretidas, con las cabezas deformes por haber tenido que atravesar una pelvis, cubiertas de cinco tipos distintos de mugre horrenda y con aspecto de haberse pasado dos horas revolcándose sobre una pizza y crean realmente que son hermosos. Es puro darwinismo en acción, el amor irracional por la progenie. El mismo deseo innato de perpetuar la especie que hace a las mujeres regresar a la sala de partos para un segundo asalto dieciocho meses después de la destrucción irreparable de su perineo.

Hoy me he visto atravesando la línea entre lo que se podría considerar como la idiotez habitual de los pacientes y el tener que comprobar que no hubiera una cámara oculta en la consulta. Después de una larga discusión con el marido de una paciente, que aseguraba que no se fabrican condones de su talla, he logrado entender que se los intentaba poner cubriéndose también los testículos.

Un día parpadearemos y la sanidad pública se habrá evaporado, y si ese parpadeo acaba en un derrame cerebral, tendremos un problema muy muy serio.

Después de licenciarte en Medicina te quedas hasta convertirte en residente de primer año, luego, en residente de segundo, tercer y cuarto año, después en adjunto júnior y adjunto sénior y, para cuando te das cuenta, ya eres prácticamente un especialista. 

Hoy una paciente le ha puesto mi nombre a su bebé. Era una cesárea por una presentación de nalgas y, después de sacar al pequeño, he dicho: «Adam es un buen nombre». Los padres han estado de acuerdo. Recompensas del trabajo, ¿no?
Digo «Adam es un buen nombre» cada vez que traigo a un niño al mundo y esta ha sido la primera vez que alguien ha estado de acuerdo.

Una especialista brillante les dice a los médicos a quienes forma que, cuando se jubilen, habrá un autobús lleno de niños muertos o con parálisis cerebral, y que en el lateral de ese autobús estará escrito su nombre. En sus turnos, se producirán «resultados adversos», como se dice en la jerga hospitalaria. Y les dice que, si no son capaces de afrontarlo, se han equivocado de profesión. Quizá, si alguien me hubiera dicho algo así a mí antes, me lo habría pensado dos veces. El momento ideal habría sido cuando tuve que elegir qué carrera estudiar antes de hacer el examen de acceso a la universidad y meterme en este lío.

...colgué el estetoscopio. Lo dejaba. No le expliqué a nadie el motivo. Quizá debería haberlo hecho; tal vez lo habrían entendido.


Hoy en día, lo único a lo que me dedico es a escribir palabras para otras personas: escribo y corrijo guiones de comedia para televisión. Ahora, un mal día en el trabajo consiste en que el ordenador se cuelgue o en que una serie de televisión mala obtenga una audiencia mala; cosas que, literalmente, no son para nada importantes desde una perspectiva vital.


Esto te va a doler es un libro lleno de anécdotas y de críticas al sistema sanitario inglés.


                 Lourdes