Lucía Baquedano Azcona (18 de diciembre de 1938 en Pamplona, Navarra) es una escritora española y articulista en medios de comunicación. Estudió secretariado y trabajó durante 9 años como secretaria, hasta que contrajo matrimonio y se trasladó a Tarragona. En 1979 se presentó a la convocatoria de premios literarios de la Fundación Santamaría con la novela Cinco panes de cebada (1981) que fue finalista del premio Gran Angular, lo que la animó a seguir escribiendo. Esta obra aborda la problemática de una joven maestra a su llegada a un colegio en los Pirineos. En 1980 obtuvo el segundo premio El Barco de Vapor, de literatura infantil, con La muñeca que tenía 24 pecas y en 1986, el premio Barco de Vapor con el libro Fantasmas de día. Recibió también el premio de la Feria del Libro de Almería por Me llamo Pipe. En 1993 obtuvo el premio de la Comisión Católica Española para la Infancia por La casa de los diablos, y lo volvió a recibir en 2002, por El pueblo sombrío. Ha escrito 20 libros.
Además de su labor como escritora, escribe artículos periodísticos en medios de comunicación. En Diario de Navarra escribe en el espacio "La ventana" sobre actualidad, cultura y escritura.
Muriel acaba de terminar la carrera de magisterio y se dirige ilusionada a su primer destino, donde las ilusiones de la joven maestra chocan con la dura realidad de un pueblo perdido entre montañas del Pirineo navarro. Poco a poco, Muriel supera su desánimo, descubre su auténtica tarea y advierte que los campesinos de Beirechea, bajo sus toscas apariencias, son personas receptivas, Y en el joven aparentemente más extraño del pueblo encuentra a un hombre afectuoso y sensible que complementa su destino humano.
Los pueblos se iban muriendo porque la gente joven se iba.
Aceptaban la escuela como un lugar adonde hay que ir cuando se es pequeño, y del que se libera al empezar a ser útil en casa. Los había hasta que pensaban que allí se iba para no molestar en casa y que la madre pudiera trabajar.
Pero, ¿qué iban a pensar los pobres, si en la mayoría de las casas del pueblo había un padre o un abuelo casi analfabeto, cuyo mayor orgullo estaba en decir que él no había aprendido de "cuentas" y, sin embargo, nunca nadie le había engañado?
Frases
-Quiero ser maestra de pueblo -repetí-. Quiero que mis chicos puedan estudiar y tener cultura. Sólo así sabrán elegir su destino. Unos se irán, lo sé, y otros se quedarán. Seguirán en la agricultura, cultivando campos, cuidando ganados, pero serán más felices de lo que son ahora, porque, al haberlo elegido, amarán su trabajo, porque habrán tenido dos opciones y se habrán quedado con la que más les atraía.
Sembraríamos cebada con nuestras manos. Sí, cebada, porque de cebada eran los cinco panes que Cristo multiplicó y queríamos que esa tierra nos recordara siempre que todos tenemos algo que podemos dar, aunque ese algo sea tan sólo unos insignificantes panes de cebada.
Cinco panes de cebada es una sencilla novela juvenil que se lee bien.
Hola Lourdes!!
ResponderEliminarUna historia interesante, gracias por la recomendación y reseña.
Besos💋💋💋