Autora: María Iordanidu
Nº de páginas: 208
Editorial: Acantilado
Año de publicación: 1965 -2020
Género: Novela Histórica, Autobiográfica, Memorias
Foto editorial Acantilado |
María Iordanidu (Constantinopla, 1897 – Atenas, 1989) pasó la infancia en Constantinopla, pero el estallido de la Primera Guerra Mundial, que la sorprendió de vacaciones en el mar Negro, la obligó a permanecer en Rusia durante años. Hasta 1919 no pudo volver a Grecia, donde trabajó para una gran compañía comercial estadounidense y, de 1926 a 1939, en la embajada soviética de Atenas. Durante la ocupación alemana fue detenida en varias ocasiones y su casa fue destruida, tras lo cual se vio obligada a mudarse con frecuencia y a sobrevivir impartiendo clases de lenguas extranjeras. A los sesenta y cinco años publicó su primera novela, Loxandra, obra inmensamente popular que ha sido traducida a varias lenguas.
Una mañana de julio de 1914, Ana, una adolescente de Constantinopla, abandona la casa familiar donde vive junto a su querida abuela Loxandra para pasar un mes de vacaciones en Stávropol, en el Cáucaso. Sin embargo, apenas comienza el viaje, pierde a su tía entre el gentío de la estación de Batumi, desde donde debían partir juntas. Tras dos meses errando por Rusia, llega finalmente a Stávropol, donde tiene que buscar un empleo como profesora de inglés para salir adelante. Contra todo pronóstico, el estallido de la Primera Guerra Mundial y la Revolución rusa le impedirán regresar a su hogar durante cinco años, en los que aprende ruso, se aficiona a la cocina eslava, se adapta a los largos inviernos, hace suyas las costumbres de su nueva familia y conoce el amor. María Iordanidu hilvana en Vacaciones en el Cáucaso un relato tan trepidante y emotivo como su propia vida, que relata con el mismo frescor, dinamismo e inconfundible sentido del humor con los que ya dio vida a su inolvidable Loxandra.
Opinión Personal
He leído Vacaciones en el Cáucaso gracias a Masa Crítica, Babelio y a la Editorial Acantilado que es una editorial que cuida mucho sus publicaciones. Se trata de una obra con tintes autobiográficos.
La novela empieza con el regreso de Ana, la protagonista, a su casa en Constantinopla. Ya nos adelanta que tiene un final feliz.
En 1914 a Ana le quedaban 3 cursos para de ir a la universidad. Vive con Klío, su madre que es viuda, su tía Agathó y su abuela Loxandra. Su madre tiene también un hermano con dinero, el tío Alekos que vive en Rusia, les manda dinero y paga todos los años la matricula del colegio de Ana. Está casado con una francesa, la tía Claude, que le maneja a su antojo. Un día Ana recibe una carta en la que su tía la invita a un viaje de placer durante el mes de vacaciones con ella por el Cáucaso. Aunque a su madre no le parece bien ya que:
-Los servios han matado al archiduque Fernando de Austria en Sarajevo, y los austriacos están buscando pleito. Alemania los apoya. El mundo entero está patas arriba. ¿Ahora, justamente ahora, se le ocurre invitarte a la canija esa?
Aún así Ana partió al encuentro de su tía y comenzó un viaje que debía ser de placer y se convirtió en una odisea. Pero aunque le cuesta meses termina llegando a su destino: Stávropol, en el Cáucaso.
Así fue como Ana partió de Constantinopla a finales de julio de 1914. Se fue por un mes y se borró de la faz de la tierra por cinco años. Era como si el mar Negro se la hubiera tragado. Las rocas Simplégades se cerraron tras su paso.
Una de las tantas y tantas ciudades atrasadas de la provincia rusa era, en aquellos años, Stávropol.
A la vez que nos cuenta las peripecias de Ana nos va contando los acontecimientos históricos reales, empieza con el inicio de la Primera Guerra Mundial y después continua con la Revolución Rusa. Cuando emprende el viaje es una adolescente, casi una niña que va madurando rápidamente en su estancia en Rusia. Cuando emprende el viaje no conoce el ruso, pero si habla inglés, y gracias a eso puede trabajar dando clases allí y a la vez estudiará. Juega un papel importante durante todo ese tiempo en el que vive en Rusia Madame Fourreau, tía de la tía Claude, y es un personaje muy interesante.
Me va a meter en tremendos líos mi sobrina. Quiere traer aquí a una pariente de su marido.
- ¿Por lo menos sabe inglés? - preguntó mamsel Célestine con su temblorosa voz de vieja.
- Parece que sí, que lo sabe bastante bien.
- Ah, entonces no te preocupes, si es inteligente, se las arreglará, sabrá salir del paso.
Contado todo con humor y de una manera desenfadada, casi sin darle importancia al hecho de estar sola viajando por un país extranjero sin conocer a nadie y sin saber el idioma, es capaz de apañárselas siendo menor, y con una guerra en ciernes. Después la vuelta se complica y tendrá que permanecer allí unos cinco años. Durante ese tiempo se adaptará a las circunstancias, integrándose por completo, conociendo a mucha gente e incluso se enamorará. Se puede decir que sabe sacar provecho de la situación, y que tiene mucha suerte con las personas con las que se encuentra tanto en los viajes como en su estancia en Stávropol.
No se había cumplido un año todavía de que Ana había pisado por primera vez aquellas tierras, cuando se produjo lo inevitable: Rusia se la tragó, sin que Ana se diera cuenta.
Es una novela corta, que se hace corta. Con sus dosis de humor pero también de drama. Con personajes de ficción y reales, en una época difícil, en el contexto histórico de una guerra mundial y una revolución. Es graciosa la aparición de un personaje de ficción como es el soldado Svejk, el protagonista de la novela satírica El buen soldado Svejk del escritor checo Jaroslav Hasek, publicada en 1921 y 1922.
Ana es una joven inteligente, valiente y aventurera que tiene además la suerte de encontrarse con buenas personas en su camino que la ayudaran. Me llamó la atención expresiones que utilizan algunos personajes aunque apenas se conozcan, como por ejemplo: palomita mía o padrecito. Hay al final del libro un glosario con palabras no traducidas y también notas de la traductora para facilitar la comprensión y conocer la vida y las costumbres de la época en esa zona o explicar de que personaje real hablan, aunque hace que la lectura sea más lenta es una novela que no hay que leer con prisas, requiere una lectura reposada.
Frases
Las prisas sólo son necesarias cuando se trata de atrapar pulgas.
¡Qué alto era el cielo allí! Y qué azul tan claro tenía.
Puesto que nacimos pecadores, hemos de sufrir por nuestros pecados, y quien más nos hace sufrir es quien más desea nuestro bien.
En momentos de una felicidad tan grande, el hombre perdona y es perdonado.
¡Caray con el viajecito de placer que le habían propuesto! ¡Vaya invitación! Algunas veces hasta la tragedia tiene su lado cómico.
Vacaciones en el Cáucaso es una interesante novela corta muy bien ambientada que hay que leer sin prisas.
Lourdes