Pájaros en un cielo de estaño
Antonio Tocornal
Nº de páginas: 269
Editorial: Versátil
Año de publicación: 2020
Género: Narrativa contemporánea
Premio València de Narrativa 2020
Antonio Tocornal (San Fernando, Cádiz, 1964). Cursó estudios de Bellas Artes en Sevilla y, tras siete años en París (1984-1991), se instaló definitivamente en Mallorca.
Sus cuentos cortos han sido premiados en más de treinta certámenes, entre los que se encuentran algunos de los más prestigiosos en castellano.
Se estrenó en la novela con La ley de los similares (2013). Con La noche en la que pude haber visto a Dizzy Gillespie (2018) ganó el XXII Premio de Novela Vargas Llosa en 2017. Obtuvo el XIX Premio de Novela Corta Diputación de Córdoba en 2018 con la novela Bajamares (2020). Pájaros en un cielo de estaño (2020) ha conseguido el Premio València de Narrativa en castellano que concede la Institución Alfons el Magnànim. Su última novela, Malasanta, acaba de ganar el XLI Premio de Novela Felipe Trigo 2021 del Ayuntamiento de Villanueva de la Serena (Badajoz). Compagina la escritura con trabajos de edición y la crítica literaria.
Sinopsis
Un domingo por la mañana llega a Las Almazaras, un pequeño pueblo andaluz en algún momento de la posguerra, una furgoneta desvencijada y abarrotada de bártulos. En su interior, un extranjero pelirrojo con dos de sus hijos y una jaula con un pájaro pinzón.
Se instalan en una vieja granja, un cortijito en estado ruinoso en la misma linde del pueblo, que reconstruyen con sus propias manos y con escasos medios. Más tarde hacen llegar al resto de la familia: en total, un matrimonio con doce hijos y una hija.
El padre, ayudado por sus hijos, emprende todo tipo de negocios y cambalaches para mantener a su familia. Poco a poco se integran entre gente poco acostumbrada a lo foráneo mientras intentan conservar algunas de sus costumbres extranjeras y, de alguna forma, llegan a transformar Las Almazaras y a sus gentes.
Opinión personal
Pájaros en un cielo de estaño de Antonio Tocornal es una novela que he leído gracias a un sorteo que gané y que organizó Inma Bretones en su blog Lectora de Tot.
Me ha gustado y he disfrutado bastante con su lectura. No conocía al autor y es la primera novela suya que leo. Tengo que decir que Pájaros en un cielo de estaño ha sido una sorpresa total. Nada que ver con lo que me esperaba. La historia está contada de una manera muy particular y personal, con un tono de humor que no imaginaba al leer la sinopsis. Me ha recordado mucho al "realismo mágico", y a obras como Cien años de soledad de Gabriel García Márquez o La casa de los espíritus de Isabel Allende, y esa mezcla de lo irreal y extraño como si fuera lo normal, común y cotidiano.
La novela empieza así, de forma epistolar, un escritor de cierto prestigio, ya mayor, quiere narrar una historia y para eso quiere contar por los recuerdos de un amigo y vecino de su pueblo al que escribe. Con su ayuda intenta acercarnos a su infancia y al tiempo pasado en su pueblo, Las Almazaras.
Querido amigo:
Te escribo con la esperanza de que aún no te hayas muerto y, si no es mucho abusar, de que tampoco hayas perdido la memoria, lo que vendría a ser igual de desastroso.
Solo ahora, cuando he tenido tiempo de verdad para pensar en mi vida, he visto las cosas tan importantes que me he dejado sin contar. Las grandes historias que me obsesionaron en mi época febril me impedían ver las pequeñas, las que teníamos cerca y que muchas veces son las que nos dejan la huella de las lecciones más valiosas.
En la España de la posguerra llegan un día al pueblo de Las Almazaras, un pequeño pueblo del sur, una peculiar familia numerosa procedente de Flandes. Está compuesta por los padres, doce hijos y una hija, todos pelirrojos. Son los Van Vogolpoel, que puede traducirse como "de la charca de pájaros", enseguida serán llamados por todos en el pueblo "Los pájaros". No conoceremos sus nombres. Al padre le llamarán San Antonio, por su corte de pelo, similar al que lleva en las estampas San Antonio de Padua. A los hijos, Pájaro uno, Pájaro dos, Pájaro tres... por orden de mayor a menor, menos el Número nueve que era El Mudo por tener esa discapacidad. La hija era La Pajarita. La madre no sale de casa, apenas puede moverse de la cocina por su gran obesidad. Han comprado por poco dinero una ruinosa granja que entre todos han acondicionado a su gusto y necesidades. Y se da la circunstancia de que siempre llueve sobre ella.
Cada uno de los "Pájaros" tiene su propia historia. El narrador es un vecino suyo y compañero de clase del Número siete. A la vez que nos habla con cierta nostalgia de ellos, de las ocurrencias y negocios que emprende el padre para mantener a la familia, también nos contará todo tipo de anécdotas y curiosidades de otros habitantes del pueblo.
Mezcla fantasía con anécdotas divertidas, otras veces tienen su punto dramático, pero contadas de forma desenfadada, y entretenida, con ironía, humor, y ternura, un lenguaje ameno que nos hace reflexionar sobre el paso del tiempo y la veracidad de los recuerdos.
La memoria es la verdad. Al fin y al cabo, nada queda de lo que realmente ocurrió salvo nuestros recuerdos. Por lo tanto, lo que recordamos es lo que ocurrió en realidad.
Otras frases
El español que chapurreaba era el que aprendía de sus hijos pero, al ser tantos, estos habían creado su propio idioma mezclando el español estándar con el flamenco, y habían acabado españolizando expresiones flamencas que utilizaban cuando hablaban entre sí.
Ahora percibo la vida tan corta como, cuando siendo niños percibíamos la brevedad de los veranos.
Siempre me fascinó cómo un pueblo compuesto por individuos envidiosos y pendencieros- me perdonarás que te diga las verdades sin tapujos-, pudo acoger con tanta naturalidad a aquellos extranjeros que cambiaron su vida flamenca para embarcarse en la fabricación de globos y en otras mil empresas en un pueblo tan limitado y de donde los jóvenes huíamos.
Pájaros en un cielo de estaño es una original novela que sin duda nos sorprenderá.
Lourdes