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jueves, 29 de agosto de 2019

EVA, ARTURO PÉREZ REVERTE

Eva

Autor: Arturo Pérez Reverte 

N° de Páginas: 400 págs 

Editorial:  Alfaguara 

Año de publicación: 2017


Género: Novela negra, histórica, aventuras 


Serie Falcó (2)






Arturo Pérez Reverte (Cartagena, España, 25 de noviembre de 1951) es un escritor y periodista español, miembro de la Real Academia Española desde 2003. Antiguo corresponsal de RTVE y reportero destacado en diversos conflictos armados y guerras, es el autor, entre otras, de la saga Las aventuras del capitán AlatristeDesde Junio de 1993 escribe una columna en el suplemento dominical del grupo Vocento (El Semanal, ahora XL Semanal), llamada Patente de CorsoIngresó​ en la Real Academia Española el 12 de junio de 2003, para ocupar el sillón T, y fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad Politécnica de Cartagena, el primero otorgado por ese establecimiento de educación superior, el 18 de febrero de 2004.
La primera novela que publicó fue El Húsar (1986). Después ha publicado entre otras El maestro de esgrima (1988), La tabla de Flandes (1990), El club Dumas (1993), La sombra del aguila (1993), La piel del tambor (1995), La carta esférica (2000), La reina del sur (2002), El pintor de batallas (2006), El Asedio (2010), El francotirador paciente (2013), Hombres buenos (2015), Los perros duros no bailan (2018), en 1996 comenzó la serie de novelas de Las aventuras del Capitán Alatriste que en la actualidad costa de 7 entregas y con Falcó (2016) (Reseña aquí)Eva (2017) y Sabotaje (2018), ha comenzado la serie FalcóAlgunas de sus novelas han sido adaptadas al cine. El relato corto Ojos azules (2009) se puede encontrar en el blog  (Aquí)


Sinopsis
Marzo de 1937. Mientras la Guerra Civil sigue su trágico curso, una nueva misión lleva a Lorenzo Falcó hasta Tánger, turbulenta encrucijada de espías, tráficos ilícitos y conspiraciones, con el encargo de conseguir que el capitán de un barco cargado con oro del Banco de España cambie de bandera. Espías nacionales, republicanos y soviéticos, hombres y mujeres, se enfrentan en una guerra oscura y sucia en la que acabarán regresando peligrosos fantasmas del pasado.

Opinión Personal 
Eva es la segunda entrega de la serie Falcó. Suele ser aconsejable leer por orden las series, aunque son casos independientes, se entienden mejor siguiendo el orden. 

Nos encontramos en plena guerra civil, en el año 1937. En ésta ocasión su superior le manda de misión a Tánger, allí se encuentra un barco republicano que lleva parte del llamado oro de Moscú. En esa fascinante ciudad gobernada por gobiernos extranjeros con población marroquí y extranjera a partes iguales y con todo tipo de espías españoles y extranjeros de todos los bandos. Allí se cruzará, no podía  ser de otra manera, con espías republicanos y soviéticos, y entre ellos se encontrará Eva, que en esta ocasión se hace llamar llamar Eva Neretva.
Para ayudar a Falcó en su misión, entre otros, aparecerá su amigo y compañero en otras misiones, Paquito Araña. La misión encomendada es recuperar los más de 30.000 kilos de oro que se encuentran en el barco republicano Mount Castle, que espera poder zarpar hacia Odessa, en la Unión Soviética. Cerca de él,  en el mismo puerto, se encuentra el destructor de  los  nacionales, Martín Álvarez, preparado para detenerlo en cuanto abandone el puerto y entre en aguas internacionales. 
Entre los espías del bando republicano nos reencontramos con Eva Rengel o Eva Neretva, a la que ya conocimos en Falcó, el primer libro de la serie y conocemos la atracción y la relación que hay entre ellos. Como no podía ser de otra forma tendremos enfrentamientos entre ellos y encuentros de todo tipo. También habrá asesinatos, peleas, torturas, navajazos,  tiros, negociaciones, citas clandestinas, mensajes cifrados... Será importante el papel que representarán los dos capitanes de los dos barcos rivales.

Eva es una nueva aventura de Lorenzo Falcó, espía fascista, aventurero, cínico, canalla, mujeriego, valiente y políticamente incorrecto mercenario creado por Arturo Pérez Reverte que como siempre sabe entrelazar a la perfección realidad y ficción.


Frases
—Éste es mi hombre. Ya le hablé de él en Salamanca.
El Almirante se había dirigido a Ferriol. Ambos miraban a Falcó.
—Y me dijo que es fiable —dijo el financiero.
—Por completo, aunque a su manera.
—Que usted responde de su eficacia.
—Absolutamente.
—Y que tiene mundo.
—Sí... Nada que ver con esos rascapuertas que tanto se prodigan en estos tiempos —miraba el Almirante a Falcó con gesto crítico, como si lo estuviera insultando. Conoce por su nombre a los conserjes, barmans y croupiers de los mejores hoteles  y casinos de Europa y el Mediterráneo Oriental... Es un chico de buena familia en versión descarriada. 
— Conozco el género. 


—¿Siempre es así de insolente?
—Tiene virtudes que lo compensan.
—Tranquilíceme. Dígame alguna.
El Almirante lo pensó un segundo.
—El encanto es su segunda naturaleza.
—¿Y la primera?
—Es leal.
—¿A quién?
—A él mismo. Y a mí.
—¿Por ese orden?
—Por ése... Pero hay espacio suficiente para ambas lealtades.



—Es que ésos fusilan sin método, Almirante. Al buen tuntún. No como nosotros, que ponemos sacerdotes para salvar las almas.


Nunca lo habían engañado antes, recordó absorto. Nunca una mujer, y nunca de esa manera. Eva Neretva, alias Eva Rengel, alias sabía Dios qué. Se había revelado maestra indiscutible en el juego turbio, arriesgado, que jugaban ambos. Con su frialdad tan soviética. Casi inhumana.


—No vigilo a mis hombres —un destello de recelo había pasado por los ojos de Navia—. Soy su comandante, no un policía. Los que desertaron lo hicieron por sus ideas o por reunirse con sus familias en zona roja... Cada cual tiene motivos para hacer lo que hace o deja de hacer.
—Muy loable. Pero otros no lo verían con esa ecuanimidad.
—Otros no están al mando de mi barco.


Siempre son más transparentes los héroes que los canallas. Los he visto pasar muchas veces camino del olvido o del cementerio, sin dejar atrás más que un redoble de tambores que sólo escuchan ellos.

Y con aquel episodio aprendió una lección que iba a serle útil durante el resto de su vida: en la duda, madrugarle al otro. Mejor era un por si acaso que un quién lo hubiera pensado.

—Sólo los idiotas y los débiles ocultan el hedor de la vida con perfumes

Estaba furioso consigo mismo. Nunca seas tan estúpido en el campo de operaciones, pensaba. No como esta noche, o no de este modo. Porque los descuidos matan y los descuidados mueren.


—En este oficio no se hacen prisioneros.



Para Falcó, peligro era una palabra con interesantes sinónimos. Nada lo estimulaba tanto como sentirse inmerso en él, utilizando para sobrevivir las mejores facultades propias: carácter, instinto y adiestramiento. Nada tan satisfactorio, tan incitante, como que lo quisieran matar y no pudieran.


En otras guerras se mata, desde luego; pero en ésta se asesina. Lo hacemos tanto los de un lado como los del otro, y el verdugo puede convertirse en víctima en un abrir y cerrar de ojos. O a la inversa. Por eso resulta una guerra tan adecuada para nosotros los españoles, y en especial para ti. Es perfecta para criminales sin conciencia, sin decencia y sin gloria.

Caminaba solo a través de un mundo vacío.

En Eva nos reencontramos con Falcó, viajamos al Tánger  de 1937 y viviremos una nueva y entretenida aventura de espías en la que se mezclan realidad y ficción.

            Lourdes 


1 comentario:

  1. La leí hace unos meses y me pareció una lectura interesante. Soy fiel seguidor de Reverte, me gusta mucho como narra, sus descripciones y ese Falcó tan peculiar y ambiguo. Me quedo eso sí con Línea de Fuego. Saludos

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