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domingo, 16 de agosto de 2020

YO TUVE UNA VEZ TU MANO, MAGDALENA SÁNCHEZ BLESA


Magdalena Sánchez Blesa (Puerto Lumbreras, Murcia) es Poeta, con mayúsculas aunque ella se define así: "Soy poeta de aceras, de momentos, de patios y de mirar a los ojos".  
Estudió Filología Hispánica y Arte Dramático, y se gana la vida en la cocina de un restaurante, el mismo que utilizó como escenario para grabar la película Las aventura de Moriana. Porque también es actriz y productora. Su primer libro publicado Cosas de niña lo escribió en la infancia y adolescencia (se encuentra descatalogado), su segundo libro también descatalogado es Yo contra mí. Podemos  encontrar publicados en la actualidad  Nana para  dormir a mis abuelos, Instrucciones a mis hijos, y Balada a mis padres. Puedes seguirla en su página 

https://www.magdalenasanchezblesa.com/

Publicado en el blog:


Yo tuve una vez tu mano,
entre mi mano trenzada,
yo tuve mis ojos negros,
cosidos a tu mirada.
Tuve un suspiro en la boca,
tuve un montón de palabras,
tuve una pena en el pecho,
tuve una risa en el alma,
tuve un corazón herido,
tuve un nudo en la garganta,
tuve tu beso en mi beso,
tuve un manantial de lágrimas.
Tuve, tuve, tuve, tuve,
pero ya no tengo nada.
Que un día, sin saber cómo,
cuando miré, ya no estabas.
Ahora no tengo ni mano,
ni suspiro, ni mirada,
ni siquiera tengo pena,
ni siquiera tengo lágrimas...
Qué pena no tener pena,
para poder remediarla...

Magdalena S. Blesa

Lourdes

miércoles, 15 de abril de 2020

ESPERANZA, ALEXIS VALDÉS (CUANDO LA TORMENTA PASE)

Información aquí

Alexis Valdés Gutiérrez (La Habana, 16 de agosto de 1963) es un actor, cineasta, humorista, guionista, monologista, productor, compositor e intérprete cubano. Hijo del actor humorístico cubano Leonel Valdés (m. 2010) y una profesora, tras licenciarse en ingeniería y llevar diez años actuando en Cuba, se instala en España en la década de los 90 donde se hace conocido gracias a sus intervenciones en programas como El club de la comedia. En 2005, actúa, dirige y produce su primera película, Un rey en La Habana. Actualmente reside en Miami (Estados Unidos) donde tiene su propio programa de televisión.
Estos días circula por las redes sociales un poema titulado Cuando pase la tormenta que se atribuye al poeta Mario Benedetti, incluso hay en YouTube personas que lo recitan y que tienen etiquetado el poema como de la autoría del escritor uruguayo. Pero el poema no aparece en ninguna de sus obras, y Alexis Valdés dice ser el autor del mismo. Para más información pinchar aquí.


ESPERANZA
Cuando la tormenta pase
Y se amansen los caminos
y seamos sobrevivientes
de un naufragio colectivo.

Con el corazón lloroso
y el destino bendecido
nos sentiremos dichosos
tan sólo por estar vivos.

Y le daremos un abrazo
al primer desconocido
y alabaremos la suerte
de conservar un amigo.

Y entonces recordaremos
todo aquello que perdimos
y de una vez aprenderemos
todo lo que no aprendimos.

Ya no tendremos envidia
pues todos habrán sufrido.
Ya no tendremos desidia
Seremos más compasivos.

Valdrá más lo que es de todos
Que lo jamas conseguido
Seremos más generosos
Y mucho más comprometidos

Entenderemos lo frágil
que significa estar vivos
Sudaremos empatía
por quien está y quien se ha ido.

Extrañaremos al viejo
que pedía un peso en el mercado,
que no supimos su nombre
y siempre estuvo a tu lado.

Y quizás el viejo pobre
era tu Dios disfrazado.
Nunca preguntaste el nombre
porque estabas apurado.

Y todo será un milagro
Y todo será un legado
Y se respetará la vida,
la vida que hemos ganado.

Cuando la tormenta pase
te pido Dios, apenado,
que nos devuelvas mejores,
como nos habías soñado.

Aléxis Valdés (2020)


Juan Carlos Lino Vega

           Lourdes

martes, 17 de marzo de 2020

DESDE MI CASA, MONCHO BORRAJO


#YoMeQuedoEnCasa

Foto Cosas mías y del petirrojo.


Desde mi casa.

Mi abrazo en la distancia,
tiene un poder infinito,
mi beso lo lleva el viento,
de mi casa a cualquier sitio.

Desde mi casa te escribo,
desde mi casa te amo,
desde mi alma te siento,
desde mi casa te extraño.

Te saludo desde el alma,
aquí en mi casa sentado,
viendo las fotografías,
que hicimos hace mil años.

En mis libros te recuerdo,
con la música te hablo,
mis brazos son infinitos,
para darte mil abrazos.

Desde mi ventana veo
otros que me están mirando,
y me saludan silentes,
cuando levanta su mano.

Juntos saldremos de esto,
juntos pero separados,
cada uno con su arma,
el respeto al ser humano.

Desde mi casa te pido,
que cuando tu y yo podamos,
comprendamos que un abrazo,
es un tremendo regalo.

                                Moncho Borrajo.





             Lourdes

sábado, 30 de noviembre de 2019

FERNANDO PESSOA, TABAQUERÍA




Fernando Pessoa (Lisboa13 de junio de 1888-ibídem30 de noviembre de 1935) fue un escritor portugués, especialmente reconocido por sus heterónimos: Alberto Caeiro, Alexander Search, Álvaro de Campos, Bernardo Soares y Ricardo Reis. Su extensa obra se vio quebrada con su prematura muerte a los 47 años de edad.

Poeta, ensayista y traductor portugués nacido en Lisboa en 1888. Es la figura más representativa de la poesía portuguesa del siglo XX. Sus primeros años transcurrieron en Ciudad del Cabo mientras su padrastro ocupaba el consulado de Portugal en Sudáfrica.  A los diecisiete años viajó a Lisboa, donde después de interrumpir estudios de Letras alternó el trabajo de oficinista  con su interés por la actividad literaria.
La influencia que en él ejercieron autores como Nietzsche, Milton y Shakespeare, lo llevaron a traducir parte de sus obras y a producir los primeros poemas en idioma inglés. Dirigió varias revistas  y pronto se convirtió en el propulsor del surrealismo portugués.
Mensaje (1934) fue su primera obra en portugués y única publicada en vida del poeta. Parte de su obra está representada por los numerosos heterónimos creados durante su vida, siendo los más importantes  Alvaro de Campos, Ricardo Reis y Alberto Caeiro. Entre sus obras destacan:

Oda triunfal (1915) y Tabaquería (1928) Álvaro de Campos, 

Presagios (1928)Autopsicografía (1931)Esto (1933)No sé cuántas almas tengo, Fernando Pesoa

El guardador de rebaños (1914),  Alberto Caeiro.

Fuente https://es.m.wikipedia.org/wiki/Fernando_Pessoa

TABAQUERÍA (ÁLVARO DE CAMPOS)
No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.
Ventanas de mi cuarto,
cuarto de uno de los millones en el mundo que nadie sabe quién son
(y si lo supiesen, ¿qué sabrían?)
Ventanas que dan al misterio de una calle cruzada constantemente por la gente,
calle inaccesible a todos los pensamientos,
real, imposiblemente real, cierta, desconocidamente cierta,
con el misterio de las cosas bajo las piedras y los seres,
con el de la muerte que traza manchas húmedas en las paredes,
con el del destino que conduce al carro de todo por la calle de nada.
Hoy estoy convencido como si supiese la verdad,
lúcido como su estuviese por morir
y no tuviese más hermandad con las cosas que la de una despedida,
y la hilera de trenes de un convoy desfila frente a mí
y hay un largo silbido
dentro de mi cráneo
y hay una sacudida en mis nervios y crujen mis huesos en la arrancada.
Hoy estoy perplejo, como quien pensó y encontró y olvidó,
hoy estoy dividido entre la lealtad que debo
a la Tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
y la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.
Fallé en todo.
Como no tuve propósito alguno tal vez todo fue nada.
Lo que me enseñaron
lo eché por la ventana del traspatio.
Ayer fui al campo con grandes propósitos.
encontré sólo hierbas y árboles
y la gente que había era igual a la otra.
Dejo la ventana y me siento en una silla. ¿En qué he de pensar?
¿Qué puedo saber de lo que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? ¡Pienso ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que piensan ser esas mismas cosas que no podemos ser tantos!
¿Genio? En este momento
cien mil cerebros se creen en sueños genios como yo
y la historia no recordará, ¿quién sabe?, ni uno,
y sólo habrá un muladar para tantas futuras conquistas.
No, no creo en mí.
¡En tantos manicomios hay tantos locos con tantas certezas!
Yo, que no tengo ninguna ¿puedo estar en lo cierto?
No, en mí no creo.
¿En cuántas buhardillas y no-buhardillas del mundo
genios-para-sí-mismos a esta hora están soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas
-sí, de veras altas y nobles y lúcidas-
quizá realizables,
no verán nunca la luz del sol real ni llegarán a oídos de la gente?
El mundo es para los que nacieron para conquistarlo
no para los que sueñan que pueden conquistarlo, aunque tengan razón.
He soñado más que todas las hazañas de Napoleón.
He abrazado en mi pecho hipotético más humanidades que Cristo,
he pensado en secreto más filosofías que las escritas por ningún Kant.
Pero soy y seré siempre el de la buhardilla,
aunque no viva en ella.
Seré siempre el que no nació para eso.
Seré siempre sólo el que tenía algunas cualidades,
seré siempre el que aguardó que le abrieran la puerta frente a un muro que no tenía puerta,
el que cantó el cántico del Infinito en un gallinero,
el que oyó la voz de Dios en un pozo cegado.
¿Creer en mí? Ni en mí ni en nada.
Derrame la naturaleza su sol y su lluvia
sobre mi ardiente cabeza y que su viento me despeine
y después que venga lo que viniere o tiene que venir o no ha de venir.
Esclavos cardíacos de las estrellas,
conquistamos al mundo antes de levantarnos de la cama;
nos despertamos y se vuelve opaco;
salimos a la calle y se vuelve ajeno,
es la tierra y el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.
(Come chocolates, muchacha,
¡Come chocolates!
Mira que no hay metafísica en el mundo como los chocolates,
mira que todas las religiones enseñan menos que la confitería.
¡Come, sucia muchacha, come!
¡Si yo pudiese comer chocolates con la misma verdad con que tú los comes!
Pero yo pienso y al arrancar el papel de plata, que es de estaño,
echo por tierra todo, mi vida misma.)
Queda al menos la amargura de lo que nunca seré,
la caligrafía rápida de estos versos,
pórtico que mira hacia lo imposible.
Al menos me otorgo a mí mismo un desprecio sin lágrimas,
noble al menos por el gesto amplio con que arrojo,
sin prenda, la ropa sucia que soy al tumulto del mundo
y me quedo en casa sin camisa.
(Tú que consuelas y no existes, y por eso consuelas,
Diosa griega, estatua engendrada viva,
patricia romana, imposible y nefasta,
princesa de los trovadores, escotada marquesa del dieciocho,
cocotte célebre del tiempo de nuestros abuelos,
o no sé cual moderna -no acierto bien la cual-
sea lo que seas y la que seas, ¡si puedes inspirar, inspírame!
Mi corazón es un balde vacío.
Como invocan espíritus los que invocan espíritus me invoco,
me invoco a mí mismo y nada aparece.
Me acerco a la ventana y veo la calle con una nitidez absoluta.
Veo las tiendas, la acera, veo los coches que pasan,
veo los entes vivos vestidos que pasan,
veo los perros que también existen,
y todo esto me parece una condena a la degradación
y todo esto, como todo, me es ajeno.)
Viví, estudié, amé y hasta tuve fe.
Hoy no hay mendigo al que no envidie sólo por ser él y no yo.
En cada uno veo el andrajo, la llaga y la mentira.
y pienso: tal vez nunca viviste, ni estudiaste, ni amaste, ni creíste
(Porque es posible dar realidad a todo esto sin hacer nada de todo esto.)
Tal vez has existido apenas como la lagartija a la que cortan el rabo
Y el rabo salta, separado del cuerpo.
Hice conmigo lo que no sabía hacer.
Y no hice lo que podía.
El disfraz que me puse no era el mío.
Creyeron que yo era el que no era, no los desmentí y me perdí.
Cuando quise arrancarme la máscara,
la tenía pegada a la cara.
Cuando la arranqué y me vi en el espejo,
estaba desfigurado.
Estaba borracho, no podía entrar en mi disfraz.
Lo acosté y me quedé afuera,
Dormí en el guardarropa
como un perro tolerado por la gerencia
por ser inofensivo.
Voy a escribir este cuento para probar que soy sublime.
Esencia musical de mis versos inútiles,
quién pudiera encontrarte como cosa que yo hice
y no encontrarme siempre enfrente de la Tabaquería de enfrente:
Pisan los pies la conciencia de estar existiendo
como un tapete en el que tropieza un borracho
o la esterilla que se roban los gitanos y que no vale nada.
El Dueño de la Tabaquería aparece en la puerta y se instala contra la puerta.
Con la incomodidad del que tiene el cuello torcido,
con la incomodidad de un alma torcida, lo veo.
El morirá y yo moriré.
El dejará su rótulo y yo dejaré mis versos.
En un momento dado morirá el rótulo y morirán mis versos.
Después, en otro momento, morirán la calle donde estaba pintado el rótulo
y el idioma en que fueron escritos los versos.
Después morirá el planeta gigante donde pasó todo esto.
En otros planetas de otros sistemas algo parecido a la gente
continuará haciendo cosas parecidas a versos,
parecidas a vivir bajo un rótulo de tienda,
siempre una cosa frente a otra cosa,
siempre una cosa tan inútil como la otra,
siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
siempre el misterio del fondo tan cierto como el misterio de la superficie,
siempre ésta o aquella cosa o ni una cosa ni la otra.
Un hombre entra a la Tabaquería (¿para comprar tabaco?),
y la realidad plausible cae de repente sobre mí.
Me enderezo a medias, enérgico, convencido, humano,
y se me ocurren estos versos en que diré lo contrario.
Enciendo un cigarro al pensar en escribirlos
y saboreo en el cigarro la libertad de todos los pensamientos.
Fumo y sigo al humo con mi estela,
y gozo, en un momento sensible y alerta,
la liberación de todas las especulaciones
y la conciencia de que la metafísica es el resultado de una indisposición.
y después de esto me reclino en mi silla
y continúo fumando.
Seguiré fumando hasta que el destino lo quiera.
(Si me casase con la hija de la lavandera
quizá sería feliz).
Visto esto, me levanto. Me acerco a la ventana.
El hombre sale de la Tabaquería (¿guarda el cambio en la bolsa del pantalón?),
ah, lo conozco, es Estevez, que ignora la metafísica.
(El Dueño de la Tabaquería aparece en la puerta).
Movido por un instinto adivinatorio, Estevez se vuelve y me reconoce;
me saluda con la mano y yo le grito ¡Adiós, Estevez! y el universo
se reconstruye en mí sin ideal ni esperanza 
y el Dueño de la tabaquería sonríe.


Álvaro de Campos - Fernando PESSOA 




No sé cuántas almas tengo 


No sé cuántas almas tengo.
A cada instante cambié.
Continuamente me extraño.
Nunca me vi ni me hallé.
De tanto ser solo tengo el alma.
Quien tiene alma no tiene calma.
El que ve es solo es lo que ve,
quien siente ya no es quien es.
Atento a lo que soy y veo,
ellos me vuelvo, no yo.
Cada sueño o el deseo
no es mío si allí nació.
Yo soy mi propio paisaje,
el que presencia su paisaje,
diverso, móvil y solo,
no sé sentirme yo donde estoy.
Así, ajeno, voy leyendo,
como páginas, mi ser,
sin prever eso que sigue
ni recordar el ayer.
Anoto en lo que leí
lo que creí que sentí.
Releo y digo: "¿Fui yo?"
Dios lo sabe, porque lo escribió.


Fernando Pessoa 


         Lourdes

sábado, 2 de noviembre de 2019

DEL DIARIO HASTÍO, FREDDY ÑÁÑEZ

Del diario hastío (2013-2015)

Autor: Freddy Ñáñez

N° de Páginas: 203 págs

Editorial: Edición del Autor 


Año de Publicación: 2015


Género: Poesía, Filosofía, Diario 




Freddy Ñáñez Contreras (Petare, Miranda, Venezuela. 15 de abril de 1976). Titiritero, poeta, cantante, editor y político venezolano. Ha publicado entre otros cuadernos de poesía: Fuego donde dice paraíso (2004. Ministerio de Cultura) Bajopalabra (2005. Dirección de Cultura y Bellas Artes Táchira) y Sombra bajo Tierra (Antología 2000-2009. Monte Ávila Editores) Con el poemario Postal de Sequía gana la XVII Bienal José Antonio Ramos Sucre. 2009. Todos los Instantes y Un millón de pájaros muertos. En 2015 publica Del diario hastío
Como promotor cultural ha desarrollado una prolífica actividad en el área, siendo presidente de la Fundación para la Cultura y las Artes. Fue Ministro de Cultura de Venezuela de 2016 a 2017. Actualmente es el presidente de VTV, la televisión estatal venezolana. Escribe en la actualidad en su blog 
http://deldiariohastio.blogspot.com/


Sinopsis
Este segundo volumen de Del diario hastío, aunque su autor afirma que es una simple prolongación del primero y no un libro distinto —y, aunque arriesgadamente, asevera que cualquiera de los dos es sustituible por el otro, quitándole al segundo todo carácter necesario—, posee una notable singularidad. En él, los procedimientos y el proceso planteados y practicados en el primer volumen arriban a una especie de libertad más aguda. Diríamos, en términos kantianos, que conquistan su verdadera autonomía. Del diario que simulaban ser en su primera parte, alcanzan aquí una cristalización como poemario crítico, o, en términos más clásicos, como experiencia diaria de un arte poética sostenida. Su espacio-tiempo, su intersticio de realidad, siguen siendo el insomnio y la madrugada, el tiempo sustraído —condición existencial kafkiana— a las convenciones obligantes, obligatorias, del día y la jornada. Reencuentro del cuerpo en su susurro y su apuesta, de antemano perdida, por el poema. Así, todo el bagaje anecdótico y polémico del primer tomo se reabsorbe en el tejido vivo de una razón pura que se encuentra a sí misma en el silencio y el abismo corpóreo, táctil y mudo salvo en el grito tajante, sin que por ello se resista a la historia y a la empiria, que son el terreno sobre el que se opera ascéticamente la hendidura del Hastío. De allí ese aparente escepticismo verbal que duda del poema a cada paso —de su existencia misma— para concretar paradojalmente, en la prosa, ese paréntesis de absoluto instante y sentido que se propone cuestionar en el propio verso. Empoderando a la prosa con la voz poética, sin embargo, cada oración, cada sentencia, pudieran ser recitadas como un verso. Con lo cual su éxito viene a ser su rotundo fracaso, y su fracaso su rotundo éxito.
Del diario 
Cuadernos 2013-2015
Segunda entrega de la obra que bordea el límite entre el diario personal y el libro de aforismos, presentando una continuidad describiendo el laberinto circular en el cual se encontró el autor a lo largo de dos años desde una perspectiva mas aguda.
Se trata de un libro proceso que se  mueve entre el aforismo,  el poema en prosa y el diario íntimo. Freddy Ñáñez en sus páginas ensaya su arte poética  entre el humor negro, crítica de la cultura y una fragmentaria biografía. 

Opinión Personal
Del diario hastío es un libro distinto, no se parece en nada a lo que leo normalmente. A medio camino entre diario personal, pensamientos y ocurrencias, con poemas, que me ha costado entender en bastantes ocasiones. Menciona a personas, supongo que conocidas en su país, Venezuela, que yo no conozco. También menciona a otros internacionalmente conocidos como Borges. Hace crítica social pero se nota las ideas políticas del autor, recordar que fue ministro de cultura de Venezuela con Maduro de presidente y es el actual presidente de la televisión estatal venezolana. 
Reconozco que he leído este libro por el reto del abecedario de Babelio, para lo que necesitaba un autor que su apellido empezara por la letra Ñ. Y no he encontrando ningún otro. Motivo por el que no creo que repita el reto el año que viene. 
Se trata de una segunda parte del diario, son diez cuadernos  del X al XX que van del año 2013 al 2015.


Frases 

615. 
Le he atribuido a lo largo de mi vida un valor universal a ciertas palabras. Resistencia, por ejemplo, se volvió mi jerga favorita para explicarlo todo, para afirmar que en ello radica la medida de las cosas, incluso cuando éstas se derrumban.

616.

Quienes se retiran del mundo en realidad huyen de la soledad.

619.

El tiempo también envejece.


634.
Un poema no se escribe, un poema se hace.

648.

Llegar a comprender que desde el primer día sólo nos quedan días. ¿Para vivir? ¿Para morir? ¿Para comprender?

649.

No la razón sino su manera de imponerse: es todo lo que cuenta para la Historia.

658.

Quien se define lector asume una condena. Ya no podrá librarse al más importante de los destinos: pensar por sí mismo las paradojas que se le han revelado a la medida de su alma. 


660.
Un deseo es eterno cuando no precisa de un mañana.

665.

La irresponsabilidad de soñar no se compara con la imprudencia de despertar. 

680.

Al poema no se llega por oficio sino por desesperación.


756.
Arrojar al otro a la soledad de su idea. Devolverle su orfandad intelectual. Esta es la labor de un pensador.

758.

La escritura es el arte de hablar con la eternidad. 


767.
No se trata de escribir lo que has vivido sino de ser  capaz de vivir la página escrita.

776.

Geografía del arte
1. Europa es un museo y Suramérica un taller. 
2. En Europa hay historia del arte no arte, en Sudamérica es al revés.

788.

El maestro mediocre te dirá: «aprende de los fracasos». El verdadero maestro es el que te enseña a fracasar. 


797.
Escribir lo que se siente y piensa no tiene nada que ver con el hecho de que un lector comprenda tus sentimientos y tus ideas. Con suerte el lector sentirá y pensará lo suyo. En el desencuentro está la universalidad de tus palabras.

798.

La brisa no se ve sino en el efecto que produce en los cuerpos. Así sucede con la poesía.

803.

No tener nada no es un mérito (claro que no). El mérito está en despertar, con tu pobreza, suficiente envidia y terror. ¡Ufánate de tus carencias! 


817.
El poeta es un explorador de la inexistencia.

824

Nadie se desnuda para sí, nadie escribe para no ser leído; nadie jamás, jamás, habla solo.


887.
Era joven, tenía buena memoria y muy poco qué recordar. De viejo la suerte se le invirtió.

888.

Un amor sin teoría es un amor impracticable.

916.

La imagen es al poema lo que el perro al amo ciego. El ritmo es al verso lo que el bastón al viejo. La respiración es a la palabra lo que el movimiento es al bailarín.

931.
Un escritor que maneje el lenguaje es, sin duda, un buen oficiante del verso. Pero uno que manejetambién los silencios es un poeta. No porque lo segundo importe más que lo primero sino porque ambas artes, la del decir y la del callar, trasmuta el lenguaje: lo vuelve real. 

946.

Un buen poema requiere dos cosas: un gran escritor y un gran lector. Depende de ese raro encuentro.

1036.

El poema es verdadero cuando tiembla, pero sólo se hace verdad cuando produce temblor.


            Lourdes

martes, 30 de julio de 2019

ALEJANDRA PIZARNIK



Flora Alejandra Pizarnik (Avellaneda, 29 de abril de 1936-Buenos Aires, 25 de septiembre de 1972) fue una poeta y traductora argentina. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Buenos Aires y posteriormente viajó a París donde estudió Literatura Francesa en La Sorbona, trabajó en el campo literario colaborando en varios diarios y revistas con sus poemas y traducciones, entre otros, de Artaud y CesairéEs una de las voces más representativas de la generación del sesenta y es considerada como una de las poetas surrealistas más importantes de Argentina y América Latina. La infancia de Pizarnik fue difícil y llena de inseguridades. Los problemas de asmatartamudez y la autopercepción física de la poeta minaron su autoestima. Marcó su infancia los horrores del nazismo, los avatares de la Segunda Guerra Mundial y las noticias acerca de su familia masacrada en RivneUtiliza esos sucesos familiares para su poesía.
Entre sus obras se encuentran La tierra más ajena (1955), La última inocencia (1956), Las aventuras perdidas (1958), Árbol de diana (1962), Los trabajos y las noches (1965), Extracción de la piedra de locura (1968), El infierno musical (1971) y Textos de sombra y últimos poemas, publicación póstuma en el año 1982. En 1972 falleció como consecuencia de una profunda depresión. 


Hija del viento
Han venido.
Invaden la sangre.
Huelen a plumas,
a carencias,
a llanto.
Pero tú alimentas al miedo
y a la soledad
como a dos animales pequeños
perdidos en el desierto.
Han venido
a incendiar la edad del sueño.
Un adiós es tu vida.
Pero tú te abrazas
como la serpiente loca de movimiento
que sólo se halla a sí misma
porque no hay nadie.
Tú lloras debajo del llanto,
tú abres el cofre de tus deseos
y eres más rica que la noche.
Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan.

Invocaciones

Insiste en tu abrazo,
redobla tu furia ,
crea un espacio de injurias
entre yo y el espejo,
crea un canto de leprosa
entre yo y la que me creo.



Árbol de Diana

Sólo la sed
el silencio
ningún encuentro
cuídate de mí amor mío
cuídate de la silenciosa en el desierto
de la viajera con el vaso vacío
y de la sombra de su sombra

Lourdes