Hija del carbón
Marisol Julve
96 páginas
Ed. Los libros del gato negro
Publicado 2024
Poesía
Marisol Julve. Aunque nací y vivo en Teruel, soy de Hinojosa de Jarque y ejerzo mi profesión de maestra en el centro de adultos de Cella.
Escribo poesía, relatos y microrrelatos y he conseguido algunos premios locales. También colaboro en El espejo de tinta del Diario de Teruel y en otras revistas de corte cultural como Cabiria. He participado en algunos encuentros poéticos corales y soy miembro de la plataforma de poetas por Teruel.
Entiendo la poesía como el lenguaje de la belleza pero también como la voz de los más vulnerables, el clamor de las injusticias y ante todo, como un acto de generosidad.
Ya va por la segunda edición, y ha estado entre los libros de no ficción más vendidos en Aragón.
Sinopsis
En el prólogo, Nacho Escuín nos dice:
"Marisol Julve, con "la mirada tiznada de negro", rinde homenaje al lugar de donde viene y a quienes lo hicieron posible en este estupendo libro construido de pequeños pedazos de alma, repleto de verdad y también de las contradicciones propias de la vida. Su voz madura y firme no rehúye la paradoja y afronta con decisión la difícil tarea de mostrarse ante el mundo sin trampa, sin simulacros absurdos, sin el menor atisbo de impostura.
La poeta se vacía en cada uno de estos versos, se presenta ante los lectores con un libro marcado por sus lecturas, todo el peso de la tradición poética bien digerida y una apuesta personal e intransferible que nadie debería perderse."
Opinión personal
El mes de octubre nos visitó en la biblioteca Marisol Julve, para hablarnos de su libro y sus poemas. Había leído el libro, lo compré en cuanto salió, conozco a la autora, es maestra de la escuela de adultos del pueblo en el que vivo desde que me casé. Fue una tarde muy agradable y pasamos un buen rato hablando y recitando sus poemas.
He elegido como muestra el que da título al libro y otro en el que se presenta al estilo Gloria Fuertes.
Hija del carbón
Soy hija del carbón.
Por eso huelo a humo y
tengo la mirada tiznada de negro.
Mi padre me traía del fondo de la mina
caracolas de piedra.
Yo creía que el mar era un lugar muy oscuro,
y que mi padre era marinero entre olas negras.
Si un día mar y bosque de árboles milenarios,
hoy galerías estrechas, asfixiantes, mortales
guardan caracolas de piedra
y mosquitos de ámbar.
Los pasos de mi padre
estaban llenos de ceniza.
Soy hija de las entrañas
de la tierra.
Soy hija del carbón.
Mis pasos también están llenos de ceniza.
Autorretrato a lo Gloria Fuertes
No me gustan los números pares
nunca dejan un cabo suelto del que seguir tirando,
en cambio los impares
siempre dejan una puerta abierta:
a la esperanza a la ilusión.
Entre rectas y curvas
me quedo con las últimas.
El viaje es más divertido,
menos monótono.
¿Mayúsculas o minúsculas?
Todo depende de si GRITAS o
solo murmuras.
Qué contradicción: en la asimetría encuentro el equilibrio
y me pierdo en la perfección.
Me gustan las cosas sencillas, pongamos:
las piedras, las minas de lápiz, las cajas de latón;
los mapas antiguos, el canto de un gallo,
el olor de mi madre a sábanas limpias,
blancas, de algodón.
Me da miedo la noche,
la indecisión.
Los ojos que no dicen nada y,
si me abrazas, que sea con candor.
Me gusta dormir como un lirón, y reírme si ton ni son.
Mirar el cielo y las nubes, oir el murmullo del agua,
sin duda, la mejor canción.
Los días de lluvia me calman
solo abro el paraguas si arrecia,
y entonces, y me mojo,
me tiendo al sol y espero a que salga el arco iris
o alguna flor.
Hija del carbón, es una buena lectura si te gusta la poesía.
Lourdes