Autora: Leila Slimani
Nº de Páginas: 277
Editorial: Cabaret Voltaire
Año de Publicación: 2016
Género: Narrativa Contemporánea
Leila Slimani, nace en Rabat en 1981, de padre marroquí y madre franco-argelina. Al terminar su formación en el liceo francés de Rabat, se marcha a París para matricularse en el Instituto de Estudios Políticos y, posteriormente, en la Escuela Superior de Comercio donde se especializa en medios de comunicación. Después de ejercer varios años como periodista en L’Express y Jeune Afrique, decide dedicarse por completo a la literatura. Con su primera novela, Dans le jardin de l’ogre (2014), donde aborda la adicción sexual femenina, recibe el reconocimiento unánime de la crítica. Canción dulce, su segunda novela, consolida la carrera literaria de Slimani al obtener el Premio Goncourt 2016. En 2017 se edita en Francia su polémico ensayo Sexo y mentiras. Actualmente es la representante francesa en el Consejo de la Francofonía.
Sinopsis
Sinopsis
Myriam, madre de dos niños, decide reemprender su actividad laboral en un bufete de abogados a pesar de las reticencias de su marido. Tras un minucioso proceso de selección para encontrar una niñera, se deciden por Louise, que rápidamente conquista el corazón de los niños y se convierte en una figura imprescindible en el hogar. Pero poco a poco la trampa de la interdependencia va a convertirse en un drama.
Con un estilo directo, incisivo y tenebroso en ocasiones, Leila Slimani despliega un inquietante thriller donde, a través de los personajes, se nos revelan los problemas de la sociedad actual, con su concepción del amor y de la educación, del sometimiento y del dinero, de los prejuicios de clase y culturales. Canción dulce ganó el Premio Goncourt 2016.
Opinión Personal
Con un principio potente que te deja sin palabras y que es como empezar por el final:
El bebé ha muerto. Bastaron unos pocos segundos. El médico aseguró que no había sufrido. Lo tendieron en una funda gris y cerraron la cremallera sobre el cuerpo desarticulado que flotaba entre los juguetes. La niña, en cambio, seguía viva cuando llegaron los del servicio de emergencias...
Opinión Personal
Con un principio potente que te deja sin palabras y que es como empezar por el final:
El bebé ha muerto. Bastaron unos pocos segundos. El médico aseguró que no había sufrido. Lo tendieron en una funda gris y cerraron la cremallera sobre el cuerpo desarticulado que flotaba entre los juguetes. La niña, en cambio, seguía viva cuando llegaron los del servicio de emergencias...
Myriam y Paul son un matrimonio que tienen dos hijos, Mila y el pequeño Adam. Ella es abogada pero no ejerce, se dedica a cuidar y criar a sus hijos. Un día se encuentra con un antiguo compañero de facultad que le propone trabajar en su bufete. Decide reemprender su actividad laboral a pesar de las reticencias de su marido.
Siempre se negó a admitir que los niños fueran un obstáculo a su éxito, a su libertad. Como un ancla que arrastra hasta el fondo, que empuja la cara del ahogado hacia el fango. Saberlo la sumió al principio en una profunda tristeza. Lo consideraba injusto, en extremo frustrante.
Después de un minucioso proceso de selección para encontrar a la persona indicada, se deciden por Louise, que parece ser la niñera perfecta. Además de ganarse fácilmente el cariño de los niños también se encarga de otros trabajos de la casa, con un horario flexible y verdaderamente eficiente. Se convertirá poco a poco en imprescindible para la familia. Tomando incluso algunas decisiones que no le corresponden.
Los trastos inútiles han desaparecido. Con Louise, nada se acumula, ni la ropa ni los cacharros sucios, ni las cartas que uno se olvida de abrir y encuentra de pronto debajo de una revista atrasada. Nada se pudre, nada caduca. Nunca descuida nada. Es meticulosa. Anota todo en una libreta con tapas de florecitas. Los horarios de la clase de danza, de la salida del colegio, de las citas con el pediatra. Anota el nombre de las medicinas que toman los niños, el precio del helado que les compra cuando los lleva al tiovivo y la frase exacta que le ha dicho la maestra...
Pero poco a poco la trampa de la interdependencia va a convertirse en un drama. Conoceremos el pasado de Louise. Intentaremos entender lo que pasa por su cabeza y los motivos por los que llega a comportarse de esa manera, en ocasiones difícil de entender. Es un personaje complejo que me ha provocado sentimientos encontrados, y no he conseguido empatizar con ella del todo.
La obsesión por el bebé gira sin parar en su mente. Solo piensa en eso. Ese bebé que ella adoraría, sería la solución a todos sus problemas.
Lo desea con la violencia de una fanática, con la obcecación de una posesa. Lo quiere como pocas veces ha querido algo, hasta el punto de sentir dolor, de asfixiarse, de arder, de aniquilar todo lo que se yergue entre ella y la satisfacción de su deseo.
Siempre se negó a admitir que los niños fueran un obstáculo a su éxito, a su libertad. Como un ancla que arrastra hasta el fondo, que empuja la cara del ahogado hacia el fango. Saberlo la sumió al principio en una profunda tristeza. Lo consideraba injusto, en extremo frustrante.
Después de un minucioso proceso de selección para encontrar a la persona indicada, se deciden por Louise, que parece ser la niñera perfecta. Además de ganarse fácilmente el cariño de los niños también se encarga de otros trabajos de la casa, con un horario flexible y verdaderamente eficiente. Se convertirá poco a poco en imprescindible para la familia. Tomando incluso algunas decisiones que no le corresponden.
Los trastos inútiles han desaparecido. Con Louise, nada se acumula, ni la ropa ni los cacharros sucios, ni las cartas que uno se olvida de abrir y encuentra de pronto debajo de una revista atrasada. Nada se pudre, nada caduca. Nunca descuida nada. Es meticulosa. Anota todo en una libreta con tapas de florecitas. Los horarios de la clase de danza, de la salida del colegio, de las citas con el pediatra. Anota el nombre de las medicinas que toman los niños, el precio del helado que les compra cuando los lleva al tiovivo y la frase exacta que le ha dicho la maestra...
Pero poco a poco la trampa de la interdependencia va a convertirse en un drama. Conoceremos el pasado de Louise. Intentaremos entender lo que pasa por su cabeza y los motivos por los que llega a comportarse de esa manera, en ocasiones difícil de entender. Es un personaje complejo que me ha provocado sentimientos encontrados, y no he conseguido empatizar con ella del todo.
La obsesión por el bebé gira sin parar en su mente. Solo piensa en eso. Ese bebé que ella adoraría, sería la solución a todos sus problemas.
Lo desea con la violencia de una fanática, con la obcecación de una posesa. Lo quiere como pocas veces ha querido algo, hasta el punto de sentir dolor, de asfixiarse, de arder, de aniquilar todo lo que se yergue entre ella y la satisfacción de su deseo.
Otras Frases
El destino es vicioso como un reptil, siempre se las arregla para empujarnos hacia el lado equivocado.
La soledad se adhería a su carne, a su ropa, empezó a modelar sus facciones y convirtió sus gestos en los de una viejecita. La soledad se reflejaba en el rostro al atardecer, cuando cae la noche y los ruidos se alzan de unas casas donde las personas viven acompañadas.
Canción dulce es una interesante e inquietante novela en la que se revelan una serie de problemas de nuestra sociedad, como pueden ser la soledad, la incomunicación, los prejuicios de clase y culturales.
Lourdes
A pesar del principio tan fuerte, yo deseaba todo el rato que el final fuera otro. Me mantuvo con incertidumbre, me hizo reflexionar sobre el comportamiento humano, y también me gustó la variedad de temas que trata.
ResponderEliminarUN abrazo
Aunque sabes el final tienes la esperanza de que sea un sueño o algo así. Desde luego es una novela para debatir, la leímos en el club de lectura.
EliminarAbrazos.